El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena ha rechazado la oferta del tribunal alemán: extraditar a Puigdemont para sea juzgado en España... exclusivamente por el delito de malversación.
Llarena quiere juzgarle por el mucho más grave delito de rebelión. Por tanto, renuncia a la extradición. Pero no solo eso, el magistrado del Tribunal Supremo español se muestra bastante cabreado con el tribunal alemán: no entiende su auto de acusación y le reprocha que entre donde no es competente, además de reprocharle su gestión de la euroorden... de detención del expresidente de la Generalitat.
Además, Llarena asegura que los alemanes no están siguiendo el modelo de euroorden que consiste en confiar en la justicia de los países socios
En plata, que los jueces alemanes no tenían que haber entrado en el fondo de la cuestión, sino seguir el espíritu de la euroorden: confiar en un país socio y remitir al presunto delincuente ante los tribunales españoles sin mayores dilaciones.
Con esto, Llarena no tendrá a Puigdemont pero le ‘condena’ a 20 años de exilio forzoso. Si durante ese tiempo Puigdemont pisa suelo español, sería detenido.
Y ojo, porque la actitud de los jueces alemanes se parece a la de los belgas. Y esta ratificación lleva la misma conclusión: la euroorden no funciona y el propio espacio Schengen –sobre libre circulación de personas- queda en entredicho.
En concreto, Alemania y Bélgica se han burlado de España.