De los 34 acusados, solo Rodrigo Rato ha hecho uso del derecho a la última palabra durante la sesión del juicio por la salida a bolsa de Bankia, celebrada este martes, y que ha quedado visto para sentencia. La fiscal Carmen Launa mantiene la acusación de falseamiento contable, que podría acarrear hasta ocho años de prisión para el exministro de economía.
Curioso, porque después de cinco años de instrucción -sí, han leído bien: cinco años-, el fiscal anterior, Alejandro Luzón, no vio falsedad contable en las cuentas de la entidad y dejó fuera del caso a todo el Consejo de Administración menos al presidente, Rato, al vicepresidente, José Luis Olivas, al ex consejero delegado, Francisco Verdú, y al exconsejero José Manuel Fernández Norniella. A ellos les acusó de falsedad, pero de la información que contenía el folleto de la OPV, no de las cuentas.
En cualquier caso, el juicio condiciona el futuro, no solo de Rato, sino de Bankia, del Banco de España, de la CNMV, del sector bancario español… y de España
Esa es, precisamente, una de las claves de esta farsa de juicio: la actitud de la fiscal Launa, que se empeñó en mantener la acusación de falsedad contable pero, al mismo tiempo, no acusó a los implicados de ese presunto delito. Conviene recordar, además, que los minoritarios que acudieron a la OPV ya recuperaron su dinero. No así los institucionales, que en la mayoría de los casos están perdiendo en los tribunales: es poco creíble que no tuvieran suficiente cultura financiera.
En cualquier caso, el juicio condiciona el futuro, no solo de Rato, sino de Bankia, del Banco de España, de la CNMV, del sector bancario español… y de España.
Durante su intervención, Rato ha insistido en su inocencia: “Todas nuestras decisiones fueron contrastadas con las opiniones que sobre los mismos temas tenía el regulador-supervisor y las tomamos en consonancia con esas posiciones”, ha declarado. Ha recordado, además, que durante los años en los que estuvo al frente de la entidad hubo tres cambios regulatorios consecutivos y distintos, cambios que “aplicamos de manera correcta según la opinión del regulador y supervisor”. Incluso, se produjeron tres test de estrés por parte del BCE, y “los superamos en las tres ocasiones”, ha señalado.
Rato también ha tenido palabras para José Ignacio Goirigolzarri. “Una de las razones por las que se ha producido este juicio son las decisiones tomadas por el consejo de administración que me sustituyó. Este consejo solicitó ayudas públicas, dijo entonces, delante de la junta general, de la CNMV. El regulador y el mercado las tomaba por razones de futuro, no de pasado, y en base a cambios regulatorios y estimaciones de futuro. Y tenía toda la razón, porque la crisis financiera fue mucho peor en el año 2012, 2013 y 2014. Hasta el punto de que hoy, año 2019, Bankia, en relación a su balance, vale menos que cuando salió en Bolsa”, ha sentenciado.
Y Rato insiste: "A mi me cesó el presidente del Gobierno". A la sazón, Mariano Rajoy.