La euforia que vive Netflix está llegando a su fin. Sí, es cierto que el beneficio desde enero se ha multiplicado por tres (ha ganado 1.077,3 millones de dólares, 930,7 millones de euros) y que ha batido todas las expectativas en cuanto a la captación de clientes. Todo esto está muy bien, pero ya hay analistas que han levantado la mano para advertir de la abultadísima deuda que no para de aumentar y que supera los 30.000 millones de dólares (en euros, 25.990 millones).
Según algunos analistas, Netflix aún necesita captar 5.000 millones de dólares antes de 2021
Las previsiones, además, no son positivas, especialmente por la subida de tipos que impulsa la Reserva Federal y que afecta directamente al coste de la deuda de la compañía. Según algunos analistas, Netflix aún necesita captar 5.000 millones de dólares antes de 2021 -la producción propia es carísima y la competencia de Amazon, Apple y Disney aumenta-, año en el que la compañía prevé alcanzar un flujo de caja positivo.
Y por si todo esto fuera poco, Moody’s y Standard & Poor’s han calificado los bonos de la multinacional como basura y los inversores a corto -o si lo prefieren, a pérdida- ya están tomando posiciones.
A pesar de todo, tras la publicación de los resultados, la cotización de Netflix subió el martes un 3,9%.