Parece que ha llegado el momento en el que las empresas más poderosas del mundo, las tecnológicas, un Apple o un Google, desaparezcan. Parecen llamadas a diluirse. ¡Es tan frágil el mundo de Internet!
Además, creo que las grandes tecnológicas están llamadas a hundirse por otra razón.
¿Es porque son progres? No, porque el progresismo es el moderno evolucionismo: no tiene consistencia. Evolucionar no es mejorar, es sólo cambiar y el cambio puede ser a mejor o a peor. Y si hay algo que la modernidad no entiende es que, en muchas fases de la historia, el hombre se ha cansado de la velocidad y que en todas las fases de la historia se cansa de la premura. Traducir esto resulta sencillo: ¿Acaso parecería extraño que un día –fue ayer cuando empezó– nos cansáramos del teléfono móvil, momento que coincidirá con aquel en que os demos cuenta de que el apartito nos ha esclavizado?
Internet es muy frágil. Las grandes tecnológicas están llamadas a hundirse
Sí, ya sé que, ahora mismo, esas compañías nos parecen poderosísimas e indestructibles: son gigantes con pies de barro. Pero no son pocos los analistas que aseguran que más dura será la caída. Y es que la sociedad digital resulta tremendamente frágil. Además, es una cuestión de lenguaje. Google encontró el suyo y triunfó, pero no tiene por qué ser definitivo.
Incluso auguro una vuelta parcial del papel. Por ejemplo, tras su crisis, casi mortal, podría resucitar la prensa vegetal o, lo que viene a ser lo mismo, que la prensa digital recupere el orden lineal de la prensa vegetal, porque ahora mismo Google nos ha condenado al caso en el conocimiento intuitivo… que no es conocimiento en modo alguno.
¿Por qué son progres? No, porque el progresismo es el moderno evolucionismo: no tiene consistencia
Pensamiento intuitivo no es más que pensamiento inductivo. Y así llegamos a lo más importante: el mundo digital puede hundirse, en su conjunto, porque se basa en ese pensamiento inductivo, ese que Hilaire Belloc decía que no era pensamiento en modo alguno, porque lo tenemos en común con animales y máquinas.
Ergo, el mundo digital no será eterno.