- Visita por sorpresa un hogar de niños de la calle víctimas de la prostitución o de bandas callejeras y les habla en español.
- La evangelización hispana explica que el 85% de los 90 millones de personas del país asiático sean católicos.
- Pide a los políticos del país, con altos índices de corrupción, que sean ejemplo de "honradez, decencia y entrega al bien común".
- "Es necesario que cada uno proclame su firme rechazo a toda forma de corrupción que desvía los recursos destinados a los pobres", les dice.
- El Santo Padre regaló al presidente filipino Benigno Aquino III un atlas náutico de 1562 atribuido al cartógrafo español Bartolomé Oliva.
Flamantes banderas de Filipinas y del Vaticano han flanqueado las avenidas que ha recorrido el convoy del Pontífice, así como numerosos carteles con la imagen del Santo Padre que le dan la bienvenida con el tradicional saludo filipino: "mabuhay". Este breve traslado, de unos 5 kilómetros, ha desatado la emoción de decenas de miles de filipinos que le han aclamado a su paso, cuenta Zenit.
Y es que, como dijimos, Filipinas alberga a más de 90 millones de personas, de las cuales la gran mayoría, un 85% aproximadamente, son católicas. Ello se debe, no está de más recordarlo, a su pasado español. Lo mismo que en Hispanoamérica. Y es en ese contexto donde encaja también el anuncio del Papa, durante su viaje a Manila, de que canonizará al franciscano español y ya beato fray Junípero Serra, fundador de varias misiones en California. La canonización será en septiembre, mes en el que está previsto que visite Estados Unidos.
El Pontífice ha entrado en el Palacio de Malacañán para una visita de cortesía al Presidente de la República Benigno Aquino III. Al igual que al presidente cingalés, el Papa ha regalado a Aquino un atlas náutico de 1562 atribuido al cartógrafo español Bartolomé Oliva.
Después, el Papa Francisco ha dirigido un discurso a las autoridades del país. El contexto es que desde 2012, Filipinas cayó del puesto 105 al 85 entre 175 países en el índice de corrupción de la organización Transparency Internacional.
Y hay que decir que el Papa Francisco sigue hablando claro y en cada lugar dice lo que conviene a ese mismo lugar. Por eso, ha instado en su discurso a los políticos a la honradez y la decencia. "Deben dar un ejemplo luminoso de honradez, decencia y entrega al bien común", dijo en la capital, Manila, en el saludo oficial en el palacio presidencial Malacañang.
"Hay que romper las cadenas de la injusticia y la opresión que dan lugar a evidentes -y realmente escandalosas- desigualdades sociales. Es necesario que cada uno proclame su firme rechazo a toda forma de corrupción que desvía los recursos destinados a los pobres", sostuvo el Sumo Pontífice en su primer día de visita al archipiélago.
A eso se le llama hablar claro. Tal y como hizo ayer al referirse a los atentados a la revista satírica francesa Charlie Hebdo, que sufrió los ataques yihadistas, cuando dijo que la libertad de expresión tiene sus límites y que no se puede provocar ni ofender a la religión.
El Pontífice prosiguió: "La reforma de las estructuras sociales que perpetúan la pobreza y la exclusión de los pobres requiere ante todo una conversión de la mente y del corazón", añadió al recordar que los obispos del país han pedido que el 2015 sea proclamado 'Año de los pobres'.
El Papa manifestó en ese sentido su auspicio para que "a todo nivel de la sociedad" filipina impulse "un firme rechazo de toda forma de corrupción que quita los recursos de los pobres y genere la voluntad de un esfuerzo concertado para incluir a cada hombre, mujer y niño en la vida de la comunidad".
De hecho, al terminar ese discurso en el que mencionaba a los más pobres y necesitados, el Papa se ha dirigido por sorpresa un hogar de niños de la calle, una cita que no estaba prevista en el programa del viaje. Muchos de esos niños han sufrido la prostitución o han sido miembros de bandas callejeras. Con todos ellos ha tenido muestras de enorme cariño y se ha dirigido a ellos en español.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com