No lo hacen porque sí, lo hacen por molestar. Además, la campaña contra Felipe VI constituye uno de los nuevos iconos del separatismo catalán. El problema del independentismo es que no son las bases las que mueven a la cúpula política, sino al revés.
Y así el Parlamento catalán han creado una Comisión para juzgar al rey Felipe VI. Bueno, no exactamente para juzgarle, sino también para atacarle.
Será un nuevo momento de tensión porque el separatismo ya hace tiempo que sólo vive de eso: de crear puntos de tensión. El juicio del ‘procés’ se terminará y todos se olvidarán del asunto. Se necesita recoger un testigo: el ataque a la monarquía, símbolo de España y representante –presunto– de todos los españoles, puede ser ese nuevo foco de conflicto.