• Dentro de la nueva cultura financiera que establece que cada inversor debe responder al riesgo asumido.
  • Eso sí, el banco no quiere perder a los clientes más vinculados y negocia con cada uno para reducir sus minusvalías.
  • Los bonistas perderán el 35% de lo invertido, teniendo en cuenta los cupones cobrados desde la emisión, en 2009.
En el año 2009, el Popular, como otras entidades españolas, emitió 700 millones de euros en bonos subordinados convertibles, con vencimiento en 2012 y con una rentabilidad de euribor tres meses más un 4%. Cuando llegó la fecha señalada, sin embargo, la entidad que preside Ángel Ron (en la imagen) prefirió retrasar las consecuencias de la conversión y decidió canjear los bonos por unas nuevas subordinadas convertibles, esta vez con vencimiento en 2015 (25 de noviembre) y una rentabilidad del 7%. Así las cosas, los 16.000 tenedores de las subordinadas conocieron este lunes que el precio del canje por acciones será de 17,61 euros. La cotización de los títulos del Popular cerraron este lunes en 3,3 euros. Es decir, los bonistas perderán el 81% de lo invertido, si no tenemos en cuenta los cupones cobrados durante estos años. Si los tenemos en cuenta, el porcentaje disminuye hasta el 35%. En cualquier caso, el banco, de acuerdo con la nueva cultura financiera que establece que cada inversor debe responder al riesgo asumido, no piensa renegociar con los bonistas. Y bien está que lo haya decidido así. Los inversores tienen dos opciones: afrontar las pérdidas con deportividad o acudir a los tribunales. La excepción la protagonizan los clientes con una mayor vinculación, con los que el banco ya está negociando. Cada uno, de manera individual. El objetivo es que reduzcan al máximo las minusvalías ocasionadas por el canje. Porque una cosa es no renegociar y otra bien distinta es dejar que los mejores clientes se marchen a la competencia. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com