- Más que de un aviso a Javier Arenas es un aviso a Sorolla: que deje de incordiar.
- Además, en RNE1 ha dejado claro que será el candidato del PP.
- Una entrevista en la que se ha hablado poco de Ciudadanos, la actual obsesión de Moncloa.
- Y para evitar tentaciones de sus subordinados, "no vamos a bajar más los impuestos".
- El PP ha demostrado que el clintoniano "la economía, estúpidos, la economía", es falso.
Lo que no entiende Mariano Rajoy (en la imagen), especialmente con las cifras de paro últimas, es que Juan Español le espete algo parecido a esto: "usted no me ha sacado de la crisis y lo poco que hemos salido de la crisis no ha sido gracias a usted". O bien, "usted no sólo me ha quitado el trabajo sino que, cuando lo he encontrado, cobro un salario de subsistencia".
Mariano Rajoy comparecía en Radio Nacional de España en una entrevista blanda, justo el día en el que se daban a conocer las cifras del paro registrado durante el mes de marzo (falta la EPA del primer trimestre). Buenas cifras sin duda, pero reconociendo que el modelo de creación de empleo sigue siendo el de trabajos con salarios bajos, entre otras cosas, porque la tercera parte es en hostelería y donde España tiene que crear empleo es en el campo y, sobre todo, en la industria.
Es igual, a Rajoy le sirve para vender como un éxito de su política económica. Y entonces es cuando el presidente se mesa los cabellos porque no se le reconoce su esfuerzo.
Es más, vende Rajoy salida de la crisis pero con salarios bajos. Un detalle: uno de cada tres trabajos creados lo fue en Hostelería.
El problema del Partido Popular es que ha demostrado que el clintoniano "La economía estúpidos, la economía" es falso. La animadversión hacia el PP es de tal calibre que aunque el paro se situara en el 10% no serviría para recuperar la mayoría absoluta. El PP produce rechazo o tirria y la gente está dispuesta a votar al indocumentado laicista Albert Rivera con tal de castigar al PP. De hecho, la obsesión de Moncloa se llama Ciudadanos.
En cualquier caso, lo que Rajoy no está dispuesto a permitir es que el PP siga los pasos de UCD. Por eso, en RNE, el presidente del Gobierno se ha apresurado a negar cualquier división en el partido. Y ojo, ha defendido al eslabón más débil: la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal. En ocasiones la ha abroncado pero ahora ha definido al PP como un partido unido: "estoy contento con el partido, con cómo está funcionando". De esta forma, Rajoy se liga a Dolores de Cospedal, atacada, no sólo por Javier Arenas, sino, sobre todo, por Soraya Sáenz de Santamaría, quien ha salvado su pelota de partido al conseguir que Rajoy no prescindiera de ella como vicepresidente. No, Rajoy no se fía un pelo de Soraya, pero ahora sabe que la necesita.
Y también dejó claro que él será el candidato a la Presidencia por el PP en las Generales de noviembre-diciembre.
Es más, para evitar tentaciones de sus subordinados también ha dejado claro, contradiciendo así a Hacienda, que no habrá nuevas subidas de impuestos. Tampoco serviría de mucho. Así que ya lo saben: prietas las filas, recias, marciales.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com