No se crean todo lo que ven o leen en los medios informativos, controlados por lo políticamente correcto. El problema de la Iglesia no es la pederastia. Sí, es cierto que un solo caso de pedofilia en la clerecía resulta gravísimo en un alma consagrada, pero la pederastia clerical es mínima, al menos comparado con la pederastia laical.
Y no olvidemos que el Catecismo condena la homosexualidad
No, lo que se ha disparado dentro de la Iglesia es la homosexualidad. Ese es el verdadero problema. No olvidemos que el Catecismo de la Iglesia católica condena la homosexualidad, como tampoco podemos olvidar que el Papa Francisco mantiene la línea habitual de la Iglesia: no hay hueco para el pecado, pero si para el pecador.
Y que el Papa Francisco ha recordado que no tiene cabida en la Iglesia
Así, recientemente Francisco aclaraba que no hay lugar para los afectos homosexuales en el estamento clerical ni en las congregaciones religiosas.
Divertir instruyendo es nuestro lema: el problema de la Iglesia no es la pederastia, sino el crecimiento de la homosexualidad en sus filas de consagrados.
Y sí: es un gran problema, aunque los medios se empeñen en ocultarlo, porque, para el Nuevo Orden Mundial (NOM), por el momento, la pederastia es lo peor y la homosexualidad, lo mejor. Pero recuerden: el NOM suele cambiar de criterio cada 25 años y según sus intereses.