El recibo de luz y gas no bajará, pierdan toda esperanza… y eso sin tener en cuenta que el próximo Gobierno podría ser de PSOE-Podemos (el propio Pablo Iglesias ya habló de nacionalizar las eléctricas y crear una pública). Y es que el déficit provisional de los sectores eléctrico y gasista va bien y es más o menos llevadero, el problema está en el acumulado… y además, hay que sumar las elevadas inversiones que las compañías deberán hacer para la transición energética.
La liquidación provisional a septiembre del sector eléctrico ha arrojado un déficit de 2.680 millones, un 3% inferior a lo previsto, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Mientras, el del sistema gasista se ha situado en 70 millones, muy inferior al que había hace un año (-326 millones).
El famoso déficit de tarifa alcanzó los 30.000 millones, sobre todo, por las primas a las renovables que Zapatero concedió en masa... y la mayoría se ha titulizado
Sin embargo, el problema sigue estando en el acumulado (ya saben, en el caso de la luz, se trata del famoso déficit de tarifa. Es cierto, que en los últimos años, este se ha ido reduciendo: en 2017, estaba en los 20.994 millones, y en 2018, fue de 18.851 millones. Eso sí, no hay que olvidar que la mayoría de esta histórica deuda (alcanzó los 30.000 millones por las primas a las renovables que José Luis Rodríguez Zapatero concedió en masa) se ha titulizado mediante emisiones y está en manos de inversores (o sea, que se suman los intereses). Y en el caso del sistema gasista, la deuda acumulada se situaba en 1.000 millones al cierre de 2018.
Y por cierto, no hay que olvidar que la CNMC recortará las retribuciones de la distribución y el transporte de luz, así como las de estas mismas actividades y la regasificación en el caso del gas. Eso sí, el recorte será más suave del que planeaba en un principio.