Un día después del anuncio del nombramiento de Andrea Orcel como CEO del Santander, Ana Botín aseguró que su llegada en enero “no va a suponer un cambio de estrategia”. Es cierto, va a suponer algo aún peor: cerrará las unidades no rentables, troceará las áreas que no merezca la pena mantener… en pocas palabras: Orcel viene a recortar.

La iniciativa, sin embargo, no ha sido de Ana Botín, sino de los fondos que controlan el banco. Porque si en algo no se parece a su padre es en la capacidad para ‘manejar’ y enfrentarse a los fondos. Ana, esto no funciona y tienes que hacer cambios. Te pasamos una lista de candidatos para llevarlos a cabo, le dijeron. Por supuesto, todos eran banqueros de inversión. Y entre ellos, al menos uno era conocido de doña Ana porque había trabajado para el Santander: Andrea Orcel. Por suerte, además, habla un correctísimo castellano.

Se pretende convertir al mayor grupo de banca doméstica, probablemente del mundo, en un banco de inversión

El primer damnificado ha sido José Antonio Álvarez, nombrado vicepresidente del grupo y presidente de Santander España, en sustitución de Rodrigo Echenique, que se jubila. No se engañen: a partir de enero, el papel de Álvarez en el día a día del banco será nulo o cercano a nulo. En el grupo mandará Orcel y en España, Rami Aboukhair, tal y como ha hecho durante la Presidencia de Echenique.

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Efectivamete, Rami sigue siendo una pieza clave para Botín. Cuenta con la total confianza de la presidenta, y más ahora, que comienza la cuenta atrás para la integración tecnológica del Popular que, según lo previsto, concluirá en junio de 2019. En marzo comenzarán las conversaciones con los sindicatos para negociar el recorte de oficinas y plantilla que se llevará a cabo a partir del verano. Así lo ha asegurado Álvarez este martes, durante su intervención en un encuentro financiero organizado por KPMG y Expansión.

En resumen: Orcel llega de la mano de los fondos con el objetivo de cerrar todo lo que no sea rentable. Es decir, se pretende convertir al mayor grupo de banca doméstica, probablemente del mundo, en un banco de inversión. Y Álvarez lo verá desde la barrera.