El aumento mensual de la nómina de las pensiones forma ya parte del paisaje, pero no por eso deja de ser algo muy preocupante… y muy negativo. En octubre se volvió a repetir la misma historia de hace meses: la factura de las pensiones contributivas subió (otra vez) un 4,9% y batió un nuevo récord al alcanzar los 9.710 millones de euros. De ellos, 6.923 millones fueron para pensiones de jubilación (+5,1%), 1.687,2 millones para las de viudedad (+5,1%), 937,5 millones para las de incapacidad permanente (+3,2%), 137,8 millones para las de orfandad (+3,5%) y 24,7 millones para las de familiares (+5,8%).
Lo malo de las pensiones no es que suban. Eso es de justicia. El problema es cómo se pagan, con qué dinero, y el Gobierno ha optado por la opción más peligrosa: pagarlas con deuda. Es como si una familia pidiera préstamos para comprar la comida. A nadie se le ocurriría hacerlo.
Lo malo de las pensiones no es que suban. Eso es de justicia. El problema es cómo se pagan, con qué dinero, y el Gobierno ha optado por la opción más peligrosa: pagarlas con deuda
Porque, además de aumentar la cuantía, las pensiones aumentan en número. Según los datos publicados este viernes por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, en octubre, el sistema hizo frente al pago de 9.768.801 pensiones contributivas, un 1,16% más que hace un año. Es cierto que es el menor crecimiento desde noviembre de 2018, pero también lo es que llevamos 45 meses consecutivos con incrementos superiores al 1%. Esto no hay quien lo pare.
El Ministerio que dirige Magdalena Valerio argumenta que el crecimiento del número de pensiones por jubilación se está moderando, de tal manera que las 6.054.949 de octubre son un 1,7% menos que las de octubre de 2018. Poco consuelo es ese: esperen a que se jubile la generación del ‘baby boom’ a partir de 2025.
La pensión media de jubilación se situó en 1.141,63 euros mensuales, un 3,3% más que hace un año. Y la pensión media del sistema se situó en 994,92 euros mensuales, un 3,7% más que en octubre de 2018.