A estas horas, todavía no sabemos si el presidente de Estados Unidos será Donald Trump o será Joe Biden.
El bueno de Xavier Fortes ha pasado una noche fatal. El conductor del programa de RTVE que ha seguido las elecciones norteamericanas en directo se ha esforzado -pobre- en retorcer la información una y otra vez a ver si los datos le confirmaban sus deseos de una victoria aplastante del demócrata-progre Joe Biden. ¡Tercos americanos que se resisten a obedecer las sagradas consignas del Nuevo Orden!
Al tiempo, la totalidad de sus invitados, salvo uno que escondía sus simpatías pro-Trump, se sentían aliviados mientras el bueno de Joe iba consiguiendo victorias estatales sobre el pérfido Donald.
¿El bien resulta vergonzante? Un candidato católico abortero frente a un candidato protestante provida: esto es el siglo XXI
Mientras, otros progres más sensatos, sobre todo los corresponsales y enviados especiales, recordaban que los resultados, a las seis de la mañana, decían bien poco, casi nada y que el combate aún estaba abierto, muy abierto.
Fortes incluso se aferraba a la majadera de Nancy Pelosi, la mujer que como piadosa católica reza todos las noches por Trump mientras le insulta todos los días, quien ya vendía su mayoría en la Cámara de Representantes.
Esto es importante porque indica una de las notas características de estas elecciones y de la sociedad actual: el bien resulta vergonzante, las encuestas daban ganador a Biden hasta hoy mismo y los pro-demócratas alardean de su condición mientras los partidarios de Trump esconden su voto. Parece como si sólo el presidente de los Estados Unidos no sintiera vergüenza en cantar sus propuestas para un mundo más noble. ¿Eso es por su carácter pueril? Pues entonces, ¡viva la sencillez infantil de Donald Trump!
Lo más significativo de los progres-demócratas: hemos perdido la mayoría en el Tribunal Supremo así que cambiamos la norma… y ganaremos
Nos jugamos mucho esta noche, estos días, porque parece que el recuento se retrasa. Si el somnoliento Joe accede a la Casa Blanca, el Nuevo Orden Mundial (NOM) pasará al terrorismo directo, a la imposición del pensamiento único. Donald Trump es un tipo coherente y el progresismo es incoherencia e inconsistencia.
Lo más curioso de las elecciones presidenciales norteamericanas 2020 es que se enfrentan, atención, un candidato católico abortero frente a un candidato protestante provida: esto es el siglo XXI. Joe Biden se fue a misa, eso dijo, aún sabiendo que muchos clérigos católicos -hacen bien- le niegan la comunión, la clave del banquete eucarístico, por su defensa del infanticidio.
Y luego está lo más reseñable del carácter de los progres-demócratas: hemos perdido la mayoría en el Tribunal Supremo, así que cambiamos la norma para recuperarla. ¿Comprenden? Las reglas del juego están bien mientras me permitan ganar. Si no logro ganar con esas reglas, cambio las reglas del juego… y gano. Todo muy progresista.