No sabemos si el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, acusó a Madrid de propagar el virus o de padecerlo. Sus declaraciones y posteriores rectificaciones, así como las interpretaciones que se hicieron de las mismas, fueron tantas que al final tampoco tenemos claro que quería decir don Emiliano. A lo mejor, él tampoco lo sabía.

Lo que está claro es que, si hablamos de coronavirus, la comunidad autónoma que preside es la que peores datos presenta de toda España. Los datos los medimos en fallecidos por millón, porque ya saben ustedes que lo de los contagiados comienza a dar problemas y así el que más pruebas hace, lo que está muy bien, más contagiados descubre, lo que le permite abordar el problema mejor que el que los desconoce, pero le perjudica… en términos de opinión pública. ¿Ven cuáles son los problemas de la opinión pública? Pues eso, que son opiniones, no verdades, y el gobierno debe ejercerse desde la verdad y no desde la opinión.

Las CCAA más afectadas son Castilla-La Mancha, Madrid, Castilla-León y La Rioja

Y sí, es verdad que el número de fallecidos no es tan claro como parece. Por un lado, tenemos las cifras del Ministerio de Sanidad, casi 30.000 fallecidos; y luego las del MoMo del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Ciencia. Las primeras se elaboran a partir de las certificaciones de fallecimiento por COVID-19, así que, cuando no se sabe si el muerto murió por COVID-19 y no se realiza la correspondiente autopsia… ese muerto no cuenta. El Ministerio de Sanidad prefiere hace lo mismo que los que no hacen pruebas de contagio: si no hay prueba, no se sabe, no suma.

Imposible sacarle un patrón a este virus: no sabes donde va a golpear con más saña

Por el contrario, las cifras del MoMo se calculan a partir de las desviaciones sobre la mortalidad esperada en un periodo. Es por eso que el Instituto Carlos III distingue, dependiendo de las comunidades, hasta cuatro periodos de exceso de mortalidad en algunos territorios o tres en el conjunto de España. Así, el MoMo aventura una cifra de exceso de fallecidos entre 44 y 47 mil fallecidos, dependiendo de si el cálculo se hace comunidad a comunidad o para toda España. Los datos del MoMo gustan más a todo el mundo porque su lógica es más sencilla: ¿Qué ha pasado este año para que, a estas fechas, llevemos 47.000 muertos más que el año pasado? El COVID-19. Pues ese debe ser el asesino. Más algunas otras defunciones que no le imputamos porque los fallecimientos por accidentes de tráfico o laborales, que lógicamente han debido decaer.

La disparidad de cifras entre el Ministerio de Sanidad y el de Ciencia (MoMo) se ha convertido en un escándalo

Además, las cifras del MoMo son más congruentes con otras que han ido apareciendo. Si las cifras fueran las del MoMo, España no sería el quinto país del mundo por número de fallecidos por millón de habitantes, como publicábamos ayer, sino el segundo, sólo superado por la República de San Marino, que a pesar de ser república, se ha comportado peor que nuestra monarquía.

Ahí tienen los datos (en la tabla y en el documento adjunto): Castilla-La Mancha siempre supera a Madrid en número de fallecidos por millón, utilice usted el criterio que utilice, para medir los fallecidos. O sea, que Emiliano tienes mucha cara. La bomba radioactiva-vírica no te llegó de Madrid: tú eres la bomba.

El Gobierno Sánchez ya no puede dejar de mentir

Otra cuestión. Del cuadro también se concluye que resulta imposible extraer cualquier patrón a este virus: no sabes donde va a golpear con más saña.

En cualquier caso, el Gobierno Sánchez ya no puede dejar de mentir. No es que no quiera, es que no puede. El Ejecutivo es presa del viejo dicho: ¡Qué desgraciada trama urdimos cuando por primera vez mentimos!