El año comienza con una nueva crisis de embajada: el asalto chiíta a la embajada de Estados Unidos en Irak.

Sí, en Irak. Recuerden que Sadam Husein no era chiíta pero imperaba en un país de mayoría chiíta. Precisamente por eso se enfrentó a Persia: porque en la eterna lucha entre musulmanes sunitas contra musulmanes chiítas, la capital mundial de estos últimos es Teherán. La de los sunitas estaría en Riad.

Los chiítas están repitiendo en Bagdad la crisis de la embajada de EEUU en Teherán, en 1979

Y así, cuando George Bush libra la batalla de Irak, que nunca debió librar, tras el atentado contra las torres gemelas, con el que se inaugura el sangriento siglo XXI, se inicia también un pandemonio que se arrastra, pro el momento a través del siglo XXI. 

Pues bien, el año 2020 se inaugura con la amenaza de Donald Trump a Irán: “lo pagaréis muy caro”. Un Irán que, encima, (OPEP de gas) es el aliado de Rusia.

Se refiere Donald Trump al intentó de asalto a la Embajada de USA en Bagdad, que no en Teherán.

Probablemente, el mayor error de política internacional de la Presidencia de Trump, además de su desprecio hacia los hispanos, sea el haber apostado por los sunitas árabes frente a los chiítas persas. Ahora bien, cuando te pueden poner -los chiítas- ante una nueva crisis de las embajadas (como la de 1979, con la toma de la legación norteamericana en Teherán por parte de los ayatolás) probablemente no te queda otra que enviar más tropas (se supone que EEUU se estaba retirando de Irak) para asegurar el respeto del otro. Es lo que acaba de hacer Trump.

China se enfrenta a un Hong Kong que ya no acepta reformas: quiere democracia total y en toda China, la mayor dictadura del mundo

Y ello aunque la causa próxima haya sido un bombardeo contra soldados iraníes en Irak… lo que demuestra que Irán se ha vuelto a hacer fuerte en Irak, cuarenta años después de la revolución chiíta y 15 años después de la guerra del Golfo, la de George Bush padre. 

Trump asegura ahora que Irán pagará caro si los chiítas iraquíes continúan su asalto a la embajada USA en Bagdad. Pues cuidado, porque esa amenaza viene de atrás y lo malo de las amenazas es esto: si se cumplen habrá muertos y no siempre serán los culpables; si no se cumplen dejan de tener valor disuasorio.

Al mismo tiempo, China, que por si a alguien se le ha olvidado no es una democracia sino una tiranía comunista, se enfrenta a un Hong Kong que ya no acepta reformas: quiere democracia plena total y en toda China, en sus 1.300 millones de habitantes.

Si se cumplen esas amenazas habrá muertos y no siempre serán los culpables; si no se cumplen, dejan de tener valor disuasorio

Hasta los comunistas chinos, especialistas en la represión masiva de multitudes, sienten cierto reconcomio interior ante la masacre que pueden provocar en Hong Kong: las matanzas no son buenas para los negocios, especialmente para la especulación financiera, un negocio ruinoso y muy miedoso.

En cualquier caso, 2020 no es capicúa sino reiterativo. Seguimos en la III guerra mundial por etapas. Una III Guerra Mundial por trozos que, año a año, ensancha sus frentes de batalla, sus trincheras. Esto no debe ser bueno.

¿Cuál es la clave? Pues que Cristo ha dejado de ser el eje de la historia. Hasta 1960, con la irrupción del relativismo, el mundo se dividía en cristianos y anticristianos. Pero todo giraba en torno a Cristo. Roto el eje de unión, o de discrepancia, lo mismo da, ya no hay guerras globales sino guerras mundiales por trozos, entre los distintos tipos de ateísmos,  agnosticismos e indiferencias... que ya no tienen claro contra qué ni contra quién combaten.