La población residente en España creció en 2017 por segundo año consecutivo y alcanzó los 46.659.302 habitantes el 1 de enero de 2018. El aumento, de 132.263 personas, se debe, principalmente, al crecimiento de la población extranjera, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Mientras el número de españoles se redujo en 20.337 personas debido, fundamentalmente, al saldo vegetativo negativo (la diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones), la población extranjera en España aumentó en 152.600 personas.
La inmigración aumentó en España un 28,4% y la emigración un 12,4% respecto al año anterior.
Si nos fijamos en el saldo migratorio exclusivamente de los extranjeros los datos arrojan que aumentó un 51,9% hasta llegar a las 174.231 personas. Este saldo es positivo por tercer año consecutivo. La población extranjera que inmigró desde otros países aumentó un 29% respecto a 2016, mientras que la emigración extranjera hacia otros países creció un 18%. Entre las 20 nacionalidades con mayor flujo migratorio, Venezuela y Colombia presentaron los mayores saldos migratorios positivos (más inmigrantes que emigrantes). En el extremo opuesto, Rumanía y Reino Unido presentan los saldos más negativos, añade El País.
El número de personas con nacionalidad española que emigraron al extranjero estableciendo su residencia fuera de España durante 2017, alcanzó los 87.685. De ellos, 54.923 (el 62,6%) habían nacido en España. Los principales países receptores de emigrantes españoles fueron Reino Unido,Francia, Estados Unidos de América, Alemania y Ecuador.