En el 28 de abril como en el 26 de mayo. Los obispos españoles callan por dos razones: porque la Iglesia española se ha acostumbrado a una dejación que es cobardía, disfrazada de imparcialidad política y porque, si hablan, saben que en la propia Conferencia Episcopal existen divergencias profundas y que manifestase sobre asuntos políticos supone revelar a los fieles que esas diferencias no son políticas sino morales. No existe el partido político de los católicos, pero sí existe la moral católica en política. Benedicto XVI no callaba, y la redujo a cuatro principios no negociables: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común.
El debate para las europeas se centró en una pequeña parte de un no muy grande país de la Unión: en Cataluña
Y así, los obispos callan y los medios informativos de la Iglesia, Cope y 13TV, aplauden al Partido Popular, como si fura una garantía de política cristiana.
Los prelados callan cuando la Europa cristiana puede desaparecer. Sí, desaparecer la Unión Europea, que será cristiana o no será.
Los obispos callan y sus medios informativos apoyan al PP, como si se tratara de un partido cristiano
Los obispos callan cuando España se enfrenta a la cristofobia socialista y las autonomías destrozan la educación y la sanidad católicas. Para un católico, Podemos y Pablo iglesias no representan un peligro serio: todo el mundo sabe lo que son y lo que representan. El peligro serio radica en el ‘moderado’ Pedro Sánchez, un ejemplo de radicalismo cristofóbico virulento, paladín de la corrosiva ideología de género que está pervirtiendo a nuestros hijos y desesperando a nuestros abuelos, condenados al exilio anterior ante una aberración frente a la que no pueden ni protestar. Por cierto, el debate para las europeas en RTVE se centró en una pequeña parte de un no muy grande país de la Unión: en Cataluña. Algo que habla por sí solo.
No se trata de hacer política sino de evangelizar a través de la actualidad política. En campaña y fuera de campaña
Los obispos españoles callan cuando las comunidades autónomas y los ayuntamientos, sobre todo la primera, están destrozando la educación y la sanidad cristianas.
Los obispos españoles callan y sus medios informativos apoyan al PP, como si se tratara de un partido cristiano.
No se trata de hacer política sino de evangelizar a través de la actualidad política, porque la política no es otra cosa que moral. Los obispos españoles no deberían callar: ni en campaña electoral ni fuera de ella.