Como informó Hispanidad, el pasado 9 de noviembre de 2020 se firmó un acuerdo entre Armenia y Azerbaiyán, tras la disputa del territorio de Nagorno Karabaj. El acuerdo se firmó con la influencia de Rusia y de Turquía. El pacto llegó tras una batalla militar que se libró durante 44 días contra una comunidad unida de armenios -unos 150.000, rodeados por Azerbaiyán-.
El acuerdo se saldó con la entrega por parte de Armenia (país cristiano) a Azerbaiyán (país musulmán) de territorios en Nagorno Karabaj, una zona en la que viven muchos cristianos y cuyos ciudadanos votaron en 2017 para llamarla República de Artsaj.
La negociación de la tregua la dirigió el presidente ruso, Vladimir Putin, y ha conllevado, por un lado, que Armenia renuncie a un tercio de un territorio que históricamente siempre ha sido suyo y, por el otro, premiar a Azerbaiyán por un ataque militar masivo, apoyado por Turquía.
Pues bien: insistimos en que el acuerdo ya está teniendo consecuencias negativas para los cristianos.
El P. Andreas Taadyan, rector de la Catedral de San Salvador en Shusha (Armenia), que se vio obligado a abandonar su iglesia y ciudad natal en medio del conflicto con Azerbaiyán, denunció que los azerbaiyanos están destruyendo el patrimonio histórico y cultural cristiano, publica Aciprensa.
Y es que el conflicto entre Azerbaiyán y Armenia además de ser geopolítico, también tiene una dimensión religiosa ineludible, pues los azerbaiyanos son en su gran mayoría musulmanes, mientras que más del 90% de los armenios pertenecen a la Iglesia Apostólica Armenia, explica la misma agencia.
El conflicto entre Azerbaiyán y Armenia además de ser geopolítico, también tiene una dimensión religiosa ineludible, pues los azerbaiyanos son en su gran mayoría musulmanes, mientras que más del 90% de los armenios pertenecen a la Iglesia Apostólica Armenia
Entre los territorios cedidos por Armenia a Azerbaiyán tras el citado acuerdo de alto el fuego del 9 de noviembre, figura la ciudad de Shusha, ubicada estratégicamente cerca de la capital de la República de Artsaj o Nagorno-Karabaj.
En declaraciones a National Catholic Register (NCR) del 7 de enero, el P. Taadyan, que está refugiado en Stepanakert, capital de la República de Artsaj, dio su testimonio sobre la situación de su ciudad en medio del conflicto.
“Hemos perdido grandes áreas, pueblos, ciudades, y la mayoría de la población no tiene hogar hoy. No tienen un lugar donde vivir y muchos de ellos están tratando de ir a Ereván [capital de Armenia], que es más tranquilo que Stepanakert, porque no hay paz en las ciudades y pueblos fronterizos”, agregó.
Explicó que “la gente está en peligro permanente; los azerbaiyanos a menudo entran en las aldeas fronterizas, tratando de robar animales para aterrorizar a la gente. Nuestro gobierno y ejército deben asegurar estos lugares para que nuestra gente pueda estar verdaderamente segura”.
Sobre la situación actual en Shusha, que aún está en manos de los azerbaiyanos, el P. Andreas dijo que “se deteriora día a día”. “En particular, me han dicho que están destruyendo casas, santuarios armenios y nuestro patrimonio cultural. Creo que si la situación continúa así, no quedarán rastros de armenios allí. Encontrarán algo para destruir todos los días”, agregó.
No creo que vayan a preservar o renovar los monumentos cristianos, como hicimos nosotros cuando renovamos la mezquita de la ciudad
“No creo que vayan a preservar o renovar los monumentos cristianos, como hicimos nosotros cuando renovamos la mezquita de la ciudad. De hecho, si decidieran destruir la nación armenia, destruirían los monumentos para siempre”, subrayó.
Sobre la situación actual de los armenios, el sacerdote dijo que “nuestra vida diaria va bastante bien: seguimos sirviendo a la gente, seguimos celebrando la Misa en la iglesia de la ciudad [Stepanakert] y estamos organizando la vida de las iglesias en el resto de Artsaj”. “Intentamos ser útiles, al menos a través de nuestros consejos y servicios aquí”, agregó.
“Estamos tratando de ayudar a nuestros hermanos, pues casi todas las ciudades y santuarios están en la frontera del territorio controlado por Azerbaiyán”. De igual modo, dijo que ayudan a los armenios que huyeron de Artsaj a Ereván durante la guerra, “para que puedan regresar, en especial los que tienen problemas financieros, económicos y sociales”.
Recordó que si bien hay “familias que optaron por regresar a casa a pesar del peligro”, muchas “no quieren traer a sus hijos porque el lugar aún no es seguro. Entonces, ahora, estamos registrando a las personas sin hogar en el municipio, trabajando con ellas para que podamos hacer nuestro mejor esfuerzo para ayudarlas, en primer lugar familias con muchos niños. Eso es lo que está planeado en este momento”.
“Creo que Dios no nos dejará solos. Todo estará bien, eventualmente. Actualmente, estamos rodeados de azerbaiyanos, por lo que existe un peligro físico para todos nosotros, pero todo está en manos de Dios”, concluyó.