Estamos ante una noticia de transcendencia en Francia, pero que en España está pasando bastante desapercibida. Isabelle Kocher podría no ser renovada como CEO de Engie y se podría anunciar en la presentación de resultados a finales de mes, pese a que su mandato acaba el próximo mayo. Su jefe, el presidente de la compañía, Jean-Pierre Clamadieu, no la aguanta y cree que ya no es la persona adecuada, pero la gran incógnita es qué decidirá el Estado francés, dueño del 23,64%.
Este martes, el ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, ha dicho que “Engie no es una empresa pública, pero es una empresa donde el Estado tiene una responsabilidad particular”, según recoge Le Figaro. Esta se traduce en “que Engie tenga una estrategia industrial coherente”, en “garantizar el empleo, garantizar los resultados económicos y la creación de valor, y garantizar que Engie tenga éxito en esta transición energética que es un desafío para las principales compañías energéticas en Europa y en otros lugares”. Eso sí, Le Maire ha subrayado que “única y exclusivamente con respecto a estos criterios económicos” decidirán si renuevan a Kocher como CEO o no de una empresa que factura 60.000 millones de euros y tiene 150.000 empleados.
El ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, subraya que “única y exclusivamente” decidirán en base a criterios económicos
Kocher llegó a dicho cargo en mayo de 2016 y ha tratado de reinventar la compañía como líder en la transición verde, alejándola de los combustibles fósiles e invirtiendo en energía renovable. Sin embargo, se ha visto inmersa en una lucha de poder con los partidarios de su predecesor, Gérard Mestrallet, que fue presidente no ejecutivo hasta la llegada de Clamadieu en mayo de 2018, y se ha pasado de ambiciosa: quería acabar con el legado de Mestrallet, pero al igual que Emmanuel Macron siendo ministro de Economía no pudo tumbarle, ella no lo ha conseguido. Junto a esta lucha de poder, Financial Times refiere que los críticos de Kocher están molestos porque la cotización de Engie sólo ha subido un 10,8% durante su mandato.
Todo esto llega días después de la entrevista que Kocher concedió a Journal du dimanche, donde denunció una campaña en su contra, a pesar de que está “muy motivada para continuar mi misión”. Y no se olvidó de reivindicar sus logros: “Engie es un grupo maravilloso que tuvo una rodilla en el suelo cuando asumí el cargo. Estaba en fuerte declive y sobreendeudado. Había estado perdiendo valor en el mercado de valores durante diez años. Lo hemos enderezado y reposicionado por completo en los últimos cuatro años”.
Kocher denuncia una campaña en su contra y reitera que está “muy motivada para continuar”, así como sus logros como CEO de Engie
A sus 53 años, Kocher es la única mujer que ocupa la silla de CEO entre las empresas que forman el CAC 40, es decir, el selectivo galo. De ahí, que no sea de extrañar que haya recibido el apoyo del movimiento feminista, sobre todo, del Women’s Forum for the Economy & Society que dirige Chiara Corazza. Un respaldo que recuerda lo sucedido el pasado verano, cuando la junta directiva de Engie decidió que el desempeño de la CEO fuera auditado por una firma independiente: “¿Te imaginas pedirle algo así a un ejecutivo masculino? Esto no tiene precedentes”, se quejó Corazza en Liberation.
Kocher también ha recibido el apoyo de 50 personalidades galas, que han firmado una columna en Les Echos pidiendo que se extienda su mandato, porque “no podemos imaginar que nuestro país se privaría de un activo esencial y su liderazgo en el campo del crecimiento sostenible”. Entre ellas, están: la alcaldesa de París, Anne Hidalgo; el empresario Gilles Babinet; la ex presidenta de GE France, Clara Gaymard; y Aurore Bergé, diputada en el partido gobernante La République en Marche.Eso sí, conviene tener en cuenta que Kocher estudió en la École Normale Supérieure (ENS), que tiene mucho prestigio pero ninguno si se la compara con la École Nationale d’Administration (ENA), donde se han formado muchos presidentes del país y la mayoría de responsables de las grandes empresas francesas.
Y la renovación o no de Kocher como CEO de Engie no es baladí para el futuro de la empresa. Tres opciones están encima de la mesa: quedarse como está, volver a absorber Suez -compañía que se dedica a medio ambiente y agua- (de la que se separó para dedicarse sólo a energía) o fusionarse con Veolia y crear la principal empresa de medio ambiente de Europa. Y por cierto, todo esto también afecta a España, pues Suez es dueña de Agbar y tiene en su accionariado a Criteria Caixa (el holding industrial vendió su 24% de Agbar a cambio de un 6% de Suez en el año 2014).