Llegó al poder mediante una moción de censura Frankenstein y con la promesa de convocar elecciones para recuperar la estabilidad. En cuanto lo consiguió, dijo que agotaría la legislatura sin convocar. Ahora, los socios Frankenstein le exigen el pago y no puede otorgarlo sin perder a todos sus votantes con sentido común. Conclusión, muy a su pesar, Pedro Sánchez puede verse obligado a convocar elecciones.
Y todo ello a pesar del espléndido apoyo mediático de su Ejecutivo, con periodistas que se hacen ‘selfies’ con el presidente
Ojo, intentará evitarlo por todos los medios, que conste. Por de pronto, aprovechando el efecto Moncloa, que le ha devuelto a la posición demoscópico de partido con más alternativa de voto y apoyado en el enorme poder mediático que posee. Poder no necesariamente editorial, sino también periodístico. Cuando uno contempla a conocidas redactoras haciéndose ‘selfies’ con el presidente, es que algo está fallando, no en la política española, sino en el periodismo español.
Ahora bien, la gestión de Gobierno es tal desastre que ya no se puede calificar ni de buena ni de mala. En lo único en que esa gestión resulta inequívoca es en su cristofobia. Recuerda aquel la anécdota de cuando, recién producido el levantamiento de Franco, el alcalde de un importante pueblo andaluz envió al Ministerio del Interior la siguiente misiva: "La revolución ha triunfado, ¿qué hacemos con el cura?".
Su única obsesión es conseguir el encausamiento de Pablo Casado
Y así, el desastre Sánchez continúa. Contradicciones en política migratoria, confusiones en ecología (diesel), bandazos fiscales (ahora resulta que no habrá impuesto a la banca), Cataluña en enfrentamiento civil y con peligro de extenderse a toda España. La confianza en la economía española conseguida por Rajoy (no mucha, es cierto) ha desaparecido tras la auto-rebaja del objetivo de déficit fiscal y disparar el gasto.
Así que si el PSOE, que controla la mayor parte del poder judicial, consiguiera que los tribunales imputarán a Pablo Casado por la tontuna de su master, el presidente convocaría elecciones de inmediato. Si no, su único objetivo es durar. Aznar lo decía, Sánchez solo lo piensa. En cualquier caso, entramos en periodo preelectoral.