El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la reimposición de sanciones al régimen de Teherán después de decidir la retirada unilateral de EE.UU. del acuerdo nuclear firmado con ese país durante el Gobierno Obama junto a otras cinco potencias (Reino Unido, Francia, Alemania, China y Rusia) y por el cual se levantaron las penalizaciones comerciales sobre Irán a cambio de que limitara su programa nuclear.
Pues bien: la Administración Trump aplica desde este martes la primera ronda de sanciones contra Irán, que supone el bloqueo de las transacciones financieras y de las importaciones de oro y otras materias primas, así como la penalización de ventas de automóviles y aviones comerciales. Aunque las sanciones más importantes serán las que comiencen el próximo 4 de noviembre -que afectarán al sector petrolero y gasista y al banco central iraní-, los analistas aseguran que esta primera batería también tendrá impacto en la ya renqueante economía persa.
Además, Washington revocará los permisos que permiten importar alfombras y alimentos iraníes como los pistachos
Trump ha insistido en que la reimposición de sanciones busca "frenar las actividades malignas" del régimen iraní y abrir una vía hacia "la prosperidad del pueblo iraní". En un comunicado, el presidente estadounidense ha insistido este lunes en que el régimen iraní "o bien cambia su actitud amenazante y desestabilizante -y podrá volver así a entrar en la economía mundial-, o bien continúa sobre la ruta de aislamiento económico".
Sin embargo, Trump ha subrayado que sigue "abierto" a un acuerdo más global que afectaría al conjunto de sus actividades nefastas [de Teherán], incluidos su programa balístico y su apoyo al terrorismo".
El presidente iraní, Hassan Rohaní, rechaza la posibilidad de negociar con Washington, a la espera de lo peor: las sanciones energéticas
"¿Cuál es el significado de negociar cuando impones sanciones al mismo tiempo? Es como si alguien saca un cuchillo para apuñalar a un rival o un enemigo en el brazo mientras al mismo tiempo dice: 'Deberíamos hablar y negociar'. La respuesta en ese caso debería ser: 'Quita el cuchillo del brazo y tíralo lejos'", ha señalado Rohaní, quien ha concluido: "Creo que el verdadero propósito aquí es empezar una guerra psicológica y sembrar la división entre los iraníes mientras, al mismo tiempo, se gana capital político de cara a las próximas elecciones legislativas" en EE.UU.
Para tratar de mitigar los daños que puedan causar las sanciones, Teherán ha presentado este domingo un plan para suavizar las restricciones a la compraventa de divisas que impuso en abril pasado, una flexibilización con la que intenta frenar el hundimiento de la divisa iraní, el rial, que ha perdido la mitad de su valor en estos últimos cuatro meses.
Este lunes, la Unión Europea ha lamentado el restablecimiento de sanciones a Irán y ha recordado que también el martes entra en vigor la respuesta de la UE para proteger a sus empresas de los efectos de esas medidas.