El Barómetro Sanitario 2017, que ha publicado el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad recientemente, muestra un aumento de la confianza de los ciudadanos en el sistema público de salud, que obtiene un 6,68 sobre 10, su mejor ‘nota’ en una década. Además, el 67,6% de los encuestados considera que funciona bastante bien (19,6%) o bien, aunque necesita algunos cambios (48%).
Sin embargo, esta valoración todavía está lejos de la que obtiene la atención sanitaria de titularidad privada, de acuerdo con los datos del Barómetro de la Sanidad Privada 2017, publicado por la Fundación IDIS, ya que el 83% de sus usuarios le otorga una calificación por encima del 7 -frente al 59,3% de la sanidad pública- y la ‘nota’ media se sitúa en 7,6 sobre 10.
Lo peor: los servicios de urgencia de la sanidad pública
En la valoración de los distintos niveles asistenciales también sale mejor parada la sanidad de titularidad privada, particularmente en lo relativo a la satisfacción general con la atención recibida durante un ingreso hospitalario, que alcanza una media del 8,3 sobre 10, rozando el sobresaliente. Mientras, la sanidad púbica ha de conformarse con un 6,85 sobre 10.
Los servicios de urgencias de centros de salud y hospitales de titularidad pública son los peor valorados por los ciudadanos y se quedan con una puntuación de 6,09 de media, frente al 7,9 obtenido por los privados. En el lado contrario, Atención Primaria y Atención Especializada alcanzan una valoración conjunta de 7,06 sobre 10 en la sanidad pública, pero, incluso así, se quedan lejos del 7,9 de media que logran estos dos niveles asistenciales en la sanidad privada.