Las palabras de Onur Genç durante la presentación de resultados del primer trimestre, justificando el despido colectivo -el mayor del banco en su historia- encendió los ánimos de los sindicatos, que este jueves comienzan a negociar formalmente con la dirección las condiciones del ajuste.
Lo cierto es que nadie esperaba que el CEO quitara méritos a la plantilla diciendo que el beneficio de 1.210 millones de euros hasta marzo se había logrado gracias al ROF, una partida no recurrente. A más a más, Genç incidió en la creciente digitalización de los clientes y en la reducción de costes que supone un cliente digital frente a uno presencial.
Todo eso está muy bien, pero, como señalaron los empleados durante la última junta de accionistas, el banco les ha obligado a digitalizar al cliente y ahora que ya lo está, los despiden. El presidente Carlos Torres, mientras, pide calma.
La plantilla está hundida y muy cabreada mientras los sindicatos afrontan la negociación con muchas cautelas. No es normal que la entidad haya empleado hasta tres reuniones para exponer los motivos del ajuste y para explicar el contrato firmado con Randstad para las recolocaciones.
Por cierto, el ajuste durante 2021 será mayor que el anunciado: a las 3.450 salidas anunciadas hay que sumar las 914 que se han producido desde diciembre hasta marzo. Eso sí, fueron salidas no traumáticas.