El Padrón Continuo en España contaba con 46.698.569 habitantes a 1 de enero de 2018, lo que supone un aumento de 126.437 personas (un 0,3%) respecto a los datos de hace un año, según los provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pero el citado y leve aumento no se debió a los españoles que, por el contrario, descendieron en 20.174 personas (un -0,05%) mientras que el de extranjeros aumentó en 146.611 (un 3,2%), de éstos últimos la gran mayoría son no comunitarios.
Así, del total de la población, 41.979.151 personas tienen nacionalidad española (el 89,9%) y 4.719.418 son extranjeros (el 10,1% del total).
Desde que comenzaron a publicarse las cifras oficiales de población según el patrón en 1998, la población había aumentado hasta 2012, año que empezó a disminuir, tendencia que llegó hasta 2016. Así, según muestra el INE, en 2017 se produjo una nueva inflexión, al aumentar un 0,3%.
Desde 2000 el aumento se debió, fundamentalmente, a la inscripción de extranjeros, que pasó de los 923.879 ese año a los 5.751.487 a 1 de enero de 2011.
El 49% de los inscritos son hombres y el 51% son mujeres, dato que también se produce entre los españoles (51,1% de mujeres).
Por edades, el 15,8% tiene menos de 16 años, el 36,7% entre 16 y 44 años, el 28,4% entre 45 y 64 y el 19,1% 65 años o más.
Si se observa la edad más habitual en los extranjeros, la de 16 a 44 años llega al 55,3% de la población foránea en España. La edad media de la población inscrita en el padrón es de 43,1 años (43,9 para los españoles y 36 para los extranjeros).
Al igual que hace un año, las comunidades más pobladas son Andalucía (8,3 millones), Cataluña (casi 7,6 millones) y Comunidad de Madrid (6,5 millones).
En estos 12 meses, por el contrario, bajó la población en Castilla y León (18.151 personas menos), Extremadura (7.861 menos) y Galicia (7.369 menos).
Es decir, una España vieja con unos españoles infértiles. Estériles, si lo prefeiren.