En España ya se habla de subida de impuestos, y también habrá dos nuevos tributos en unos meses (la ‘tasa Google’ y la mal llamada ‘tasa Tobin’). Hace unos días, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, cuasi confirmó que habrá subida del IVA y hace unos meses, no hacía más que repetir que la presión fiscal está por debajo de la media europea como argumento para defender un incremento de impuestos, sin embargo, debería tener en cuenta que el problema es otro: el esfuerzo fiscal ya es demasiado elevado.
En concreto, la presión fiscal es el porcentaje obtenido del cociente entre la recaudación fiscal obtenida y el PIB. Es decir, el porcentaje que pagamos todos los españoles en impuestos sobre el PIB. En España este indicador fue del 35,4% en 2018, según los datos de Eurostat, colocándose a 4,9 puntos de la media de la Unión Europea (40,3%) y a 6,3 puntos de la media de la eurozona (41,7%). De esta forma, la presión fiscal española ocupa el décimo quinto puesto dentro de la UE (en un ranking que lidera Francia, con un 48,4%, y cierra Irlanda, con un 23%), siendo la undécima más baja de la UE y la octava más baja de la zona euro. Asimismo, también está en la décimo quinta posición de la OCDE (organización formada por 37 países).
Muchos expertos consideran que el sistema español no es capaz de recaudar más dinero cuando se producen subidas de impuestos y que estas serían negativas dado el elevado esfuerzo fiscal
Sin embargo, cosa bien distinta sucede con el esfuerzo fiscal, es decir, con el porcentaje obtenido del cociente entre la presión fiscal y el PIB per cápita, que refleja mucho mejor qué nivel de impuestos pagan los ciudadanos. En concreto, este indicador está en el 15,137% en España, según el índice Frank (elaborado por el economista estadounidense Henry J. Frank), siendo el cuarto más alto del mundo, sólo por detrás de Grecia, Portugal e Italia, entre los países de la OCDE. Y si se tiene en cuenta el índice Bird (propuesto por el economista Richard Bird), nuestro país tiene un 13,418%, siendo el quinto más elevado de la OCDE, tras Grecia, Portugal, Italia y Francia.
Algunos expertos señalan que la distancia con la pensión fiscal entre España y la media europea no se debe sólo al nivel de impuestos, sino también a la estructura de salarios de cada país y a la presión efectiva (la resultante tras quitar deducciones, bonificaciones, exenciones y tipos reducidos). Eso sí, en este indicador tiene más relevancia la recaudación de los grandes impuestos estatales que gestiona la Agencia Tributaria (IRPF, Sociedades, IVA e Impuestos Especiales) que las cotizaciones sociales y conviene recordar, por ejemplo, que nuestro país fue en 2018 el quinto de la UE con menor porcentaje de recaudación en IVA, tras Rumanía, Luxemburgo, Italia e Irlanda, y que en más de una ocasión se ha criticado que tenemos elevados tipos reducidos (está el reducido del 10% y el superreducido del 4%).
Asimismo, muchos expertos consideran que el sistema español no es capaz de recaudar más dinero cuando se producen subidas de impuestos y otros consideran que estas son contraproducentes dado ele elevado esfuerzo fiscal que tenemos. Algo que deberían tener en cuenta los miembros del Gobierno, sobre todo la titular de Hacienda, y más cuando la tesis que se usa en Moncloa es alegar a la presión fiscal para defender sus subidas, en lugar de fijarse en cómo está el esfuerzo fiscal.
En resumen: los españoles pagamos muchos impuestos, no pocos... a pesar de que la ministra Montero miente para forzar una subida impositiva a las clases medias. sí a la clases medias, porque eso de una subida de gravámenes para los rios no se lo cree nadie ni soluciona nada.