Cepsa ha arrancado 2021 como terminó el año pasado, es decir, con más troceo, pues ha vendido su comercializadora residencial de luz y gas, denominada ‘Cepsa Hogar’, dos años después de haberla lanzado. La petrolera, propiedad de Mubadala (fondo soberano de Abu Dabi que es dueño del 61,5%) y The Carlyle Group (fondo estadounidense que posee el 38,5% restante), quería ser uno de los cuatro principales operadores de este negocio y llegar a una cuota del 10%, pero sólo ha logrado 75.000 clientes (frente a los 1,1 millones de clientes con los que cuenta Repsol, pues entró en la venta de luz y gas comprando la comercializadora de Viesgo -750.000 clientes-).
Ahora ha decidido vender ‘Cepsa Hogar’ a la comercializadora Podo, que controlan Eugenio Galdón y Joaquín Coronado y está participada por la petrolera lusa Galp. Este movimiento se enmarca en el giro verde que quiere dar el CEO de Cepsa, Philippe Boisseau, y para el que hace unos meses llenó la compañía de profesionales del ‘viejo petróleo’. Eso sí, seguirá suministrando luz 100% renovable y gas a industrias y empresas.
Respecto a la venta de activos para obtener liquidez, y más tras haber tenido unas pérdidas de 810 millones de euros hasta septiembre y haber desplomado su Ebitda un 41%, conviene recordar que Cepsa ha puesto a la venta su división de gas licuado del petróleo (negocio de butano y propano) y que ya ha dado el pase a 5.429 puntos de suministro de propano en País Vasco, Cantabria y Asturias a Nortegas hace casi un mes.