Según publica La Razón, la ex dirigente de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto”, suma una nueva condena. La Audiencia Nacional le ha impuesto -tal y como pedían la Fiscalía y la AVT- una pena de 39 años de prisión por delitos de asesinato y utilización ilegítima de vehículo de motor con uso de armas, por el asesinato del cartero de Amurrio (Álava) Estanislao Galíndez el 26 de junio de 1985. El tribunal condena además a Iparraguirre -quien fue responsable de los “comandos legales” de ETA dentro del “aparato militar”- a pagar a la viuda e hijos de la víctima una indemnización de 300.000 euros.
La sección tercera de la Sala de lo Penal considera acreditado que Iparraguirre estaba integrada en esas fechas en el “comando “Araba” de ETA y que junto a Juan Carlos Arruti y Jose Javier Arizcuren Ruiz, “Kantauri” -ya condenados por estos hechos- acordaron dar muerte a Galindez, que entonces tenía 63 años y era padre de siete hijos. Y lo hicieron porque ETA había señalado a la víctima como “colaborador o confidente de las Fuerzas de orden público”.
Parece que a la etarra para quien en su día resultó "duro acostumbrarme a escribir a mano” -denunciando que en prisión no se le facilitaba un ordenador- no le costó tanto apretar un gatillo.