Europa se empieza a cansar de Sánchez. No hablamos de Holanda o Suecia sino de París y Berlín. Tras el ‘histórico’ acuerdo de reconstrucción, el presidente del Gobierno volvió a las andadas, la política de campanario progre que aplica en España y al gobierno socio-podemita.
Pues bien, Bruselas, es decir, Merkel y Macron, exigen ahora a Sánchez que consiga el apoyo estable de 200 diputados y apruebe unos Presupuestos rigurosos, con pocas alegrías en gastos y un programa de reindustrialización. Porque en Europa saben que si España no se reindustrializa, esto será pan para hoy y hambre para mañana, aunque de esto, aquí, en la vieja Iberia, Pedro Sánchez no se haya enterado y prefiera seguir con su programa de subvenciones y voto cautivo.
En París y Berlín molestan las señales que llegan de España: desastre autonómico, Gobierno de vacaciones, imposibilidad de acuerdo político, Presupuestos en el aire, sin proyecto de reindustrialización…
En París y Berlín molestan las señales que llegan de España: desastre del Estado autonómico ante el Covid, Gobierno de vacaciones, leninistas en el Gobierno, imposibilidad manifiesta de cualquier acuerdo político, Presupuestos en el aire, sin proyecto de reindustrialización y una economía basada en el turismo, es decir, ahora mismo, en quiebra.
España está al borde de una crisis de deuda pública
Ahora bien, Sánchez se niega a romper su gobierno de coalición con Podemos. Y el tiempo para recibir el dinero europeo empieza a estar en marcha atrás. Además si continúa endeudándose, a pesar de las facilidades del BCE, España podría sufrir una crisis de deuda pública. Y eso ya son palabras mayores. En cualquier caso, la manguera del BCE se terminará antes que después.