No ha pasado ni una semana desde la sustitución de Francisco Arteche por José Miguel García como consejero delegado de Euskaltel, y el sector ya se ha puesto a temblar. Las primeras decisiones del exCEO de Jazztel marcan el camino: simplificación de la estructura y reducción del comité ejecutivo. Evidentemente, al sector no le preocupa lo que haga de puertas adentro, sino lo que implican estas decisiones.
Y es que García hizo lo mismo cuando aterrizó en Jazztel. Puso las bases para hacer lo que hizo: ‘asaltar’ el mercado con ofertas muy agresivas que empujaron a la competencia a hacer lo propio. En otras palabras, condujo al sector por el peligroso sendero de la pérdida de valor.
Es más, la propia Orange, que compró Jazztel en 2014 por 3.400 millones de euros, admitió años después que la marca Jazztel había canibalizado el grupo. Ahora está en juego todo el sector.
Luego hay una segunda derivada, más interna: para vender en todo el territorio nacional, Euskaltel necesita otra marca, algo que no se ve con buenos ojos en el PNV, que lo ve como un primer paso para la deslocalización de la compañía o, al menos, como el inicio de algo tan imperdonable como su ‘desvascarización’. No en vano, el lehendakari Urkullu anunció el lunes la puesta en marcha del INI vasco, precisamente, para garantizar su arraigo y vinculación con el tejido económico local.
Así las cosas, ¿qué va a pasar con John Hahn? El responsable de Providence, el fondo que controla el 27,6% de MásMóvil, podría quedarse colgado de la brocha si no logra comprador de su participación. En la misma línea, hace tan solo una semana, el CEO de la teleco, Meinrad Spenger, apostaba por la concentración del sector, algo que llamó la atención porque el directivo siempre había apoyado el nacimiento y la expansión de la compañía en la idea de que era necesaria más competencia en el sector. Al parecer, ahora ya no hace tanta falta.