Ante todo, Facebook es el patio de comadres del mundo mundial. Es decir, sin contenidos dignos de mención, pero, al mismo tiempo, cualquier contenido que se produzca en el mundo necesita del eco del señor Mark Zuckerberg y su maquinaria de relación o se verá privado de llegar a ningún sitio.
La economía mundial lleva dos siglos luchando contra los monopolios, pero lo que se dice monopolios mundiales, sólo se han vivido los monopolios de hechos ahora, con las redes sociales. Bueno, duopolio u oligopolio… como mucho.
No tengo principios pero estoy dispuesto a tener consenso
Total, que el señor Zuckerberg se deja caer por el Senado norteamericano tras la fuga de información en su red y exclama: Querido amigo, soy un hombre del siglo XXI: regúlenme por favor. Yo no soy capaz de controlarme. Eso sí, corran ustedes con el gasto.
O sea, creo en lo políticamente correcto, no por convicción sino porque es lo que no traerá problemas
No tengo principios pero estoy dispuesto a tener consenso. O sea, creo en lo políticamente correcto. Y no por convicción, no se vayan a creer, sino porque es lo que no traerá problemas.
Don Mark sentencia: les ofrezco mi libertad para que no me arrebaten el poder