Ha fallecido Kun-hee Lee, presidente del grupo Samsung y el hombre más rico de Corea del Sur. Previsiblemente, le sucederá su único hijo varón y vicepresidente del grupo, Jae-yong Lee (52 años), que también tiene líos judiciales pendientes y de confirmarse el nombramiento, estaríamos ante la tercera generación familiar (como ha sucedido recientemente en Hyundai).
Kun-hee Lee llevaba hospitalizado desde mayo de 2014 cuando le dio un infarto y ha fallecido a los 77 años. Se convirtió en presidente del grupo empresarial que fundó su padre, Byung-chul Lee, cuando este último falleció en diciembre de 1987, imponiéndose a sus dos hermanos mayores, y fue quien transformó el grupo empresarial familiar en un gigante a partir de 1993, que hoy es el mayor fabicante de chips de memoria y de teléfonos móviles. Tiene un único hijo varón y tenía tres hijas (una fue encontrada muerta en su apartamento de Manhattan en 2005 y se barajó un suicidio).
Una trayectoria profesional destacada y también en lo económico, pues Forbes estima su fortuna en unos 16.860 millones de euros, pero no ha estado exenta de algunos líos. En 2008, Kun-hee Lee fue vinculado con un fondo de corrupción para sobornar a fiscales, jueces y políticos, y también fue acusado de mala conducta financiera y evasión de impuestos, pero finalmente recibió el perdón del presidente. Además, en 2012, sus dos hermanos mayores le denunciaron para que les diera acciones del grupo, pero en 2014, el juez desestimó el caso.
Su previsible heredero, Jae-yong Lee, trabaja en Samsung desde 1991 y tampoco escapa a los líos judiciales. En febrero de 2017 fue detenido por supuesta implicación en prácticas corruptas, entre ellas, el escándalo que acabó con la presidenta, Geun Hye Park (conocida como “la Rasputina”), y pasó un año en la cárcel. La próxima semana se repetirá el juicio contra él por dicho caso porque no se tuvieron en cuenta unos pagos millonarios en dicha trama. Además, el pasado septiembre, fue acusado de violar las leyes del mercado de capitales por comercio desleal, manipulación de acciones, abuso de confianza y presunto fraude contable en la fusión entre dos compañías del grupo en 2015.