Ya hace cinco años que Carlos Slim anda en FCC que, por cierto, ha resultado uno de sus mejores negocios en todo el mundo. En su día se le negó la entrada en el sector de telecos español pero lo hizo luego en construcción y las cosas no le han podido ir mejor.
Compró la mayoría del capital de FCC y también compró la deuda bancaria de Esther Koplowitz. Ahora asume toda esa deuda por 843,4 millones de euros y adquiere algo más de un 15% (un 15,4% concretamente) de la compañía. Así anula la deuda bancaria de Koplowitz, que se elevaba a 834 millones de euros.
El mexicano pasa a controlar el 76,6% de las acciones del Grupo FCC, al tiempo que Esther Koplowitz se queda con el 4,6% del capital y, por el momento, mantiene sus cuatro puestos en el Consejo.
La otra noticia es que Alejandro Aboumrad González se convierte en el nuevo hombre fuerte de FCC, probablemente con categoría de vicepresidente ejecutivo. El sobrino de Slim lleva en España desde el comienzo y junto a Gerardo Kuri han sido los dos representantes de Slim para sus negocios en España, aunque es cierto que en Inversora Carso sólo manda uno: el licenciado Slim.
Al final, Slim, que ha hecho un espléndido negocio en España, ha acabado comprando la deuda de Esther Koplowitz
El español Pablo Colio, como consejero delegado del FCC, siempre ha sido un segundo de estos dos representantes de uno de los hombres más ricos del mundo, que opera a través de la instrumental Inversora Carso.
Por cierto a Slim, la construcción, su punto flojo en España, no le emociona en demasía. Los inmuebles mucho más y ahí está la operación Realia para demostrarlo.
Koplowitz no sale de la compañía que creó su padre pero queda orillada. Y tiene mérito lo de esta mujer. Cuando se hicieron cargo de la compañía heredada, ella y su hermana Alicia, ella siempre tuvo claro que se debía a la obra y a la plantilla del Grupo que forjara su padre, Ernesto Koplowitz.
Su hermana, sin embargo le vendió su parte y decidió dedicarse a las finanzas (vulgo, especulación bursátil), sin preocuparse de la difícil gestión de un grupo diversificado y de grandes dimensiones. A partir de esa fisión, Esther se endeuda más de lo debido hasta que no puede digerir el apalancamiento. Es entonces cuando aparecen George Soros y Carlos Slim. Afortunadamente no vendió al primero, uno de nuestros peores ciudadanos globales, pero sí al segundo. De mejor catadura, ciertamente, pero que antes que empresario es financiero y aún más que empresas le encanta comprar deudas.
Ni que decir tiene que con su potencia de fuego negoció con el BBVA de FG, con Bankia y con el resto de acreedores de manera más ‘fructífera’ que Esther Koplowitz.
En principio, Koplowitz mantendrá cuatro vocalías en el Consejo y Esther Alcocer Koplowitz continuará en la Presidencia de FCC
En cualquier caso, la actitud de Koplowitz ha salvado FCC aunque a ella le haya costado la pérdida del control primero, y de casi toda la propiedad después. Una carísima digestión de deuda que hoy culmina… con una reducción de la propiedad que ha pasado del 50% al 4,6%. Eso sí, una de sus hijas, Esther Alcocer Koplowitz, continuará en la Presidencia de FCC.
Ahora veremos cómo se desenvuelve el sobrino político de Carlos Slim y si el magnate reduce su participación en FCC al excluirla de bolsa. Su idea, desde luego, es mantener su política de Realia o Aqualia: la primera segregada para controlarla al 100 por 100; la segunda, para introducir fondos de inversión pero seguir controlando.
Y para ello ya tiene un representante directo. Se llama Alejandro Aboumrad. En calidad de controlador, el hombre que nunca sonríe, Gerardo Kuri. Y ahí tienen el nuevo mapa de poder de FCC.