- El ex presidente español explicó que no sólo le preocupan los presos, "también la situación del dramático deterioro social y económico".
- Aznar muestra su solidaridad con González por ser declarado persona non grata por el parlamento venezolano.
- Y García-Margallo asegura que el propósito de España "no es en absoluto" romper relaciones diplomáticas con Venezuela.
Nuevos capítulos en el libro escrito por quienes defienden los derechos humanos en
Venezuela.
Como se sabe, el Gobierno español llamó a consultas al embajador de España en Caracas, Antonio Pérez Hernández, tras los insultos proferidos horas antes contra el presidente español
Mariano Rajoy por su homólogo venezolano,
Nicolás Maduro, en su programa en la televisión estatal venezolana.
Además, la Asamblea Nacional de Venezuela declaró persona non grata al expresidente del Gobierno español
Felipe González, después de que confirmase que tiene previsto actuar como asesor de la defensa del dirigente opositor
Leopoldo López y el alcalde de Caracas encarcelado en febrero pasado
Antonio Ledezma.
En diálogo con la cadena de noticias
NTN24, Felipe González dijo que viajará a Venezuela a mediados de mayo y que, en caso de que se le impida la entrada al país, seguirá haciendo asesoramiento externo.
Y explicó por qué tiene programado defender a ambos opositores venezolanos: "El punto de inflexión es cuando yo me dispongo a defender a López y Ledezma bajo ordenamiento político venezolano. Eso es simbólicamente defender a los presos políticos venezolanos", afirmó. Para el español,
el régimen de Maduro "cruzó una línea" cuando en Venezuela se encarceló a personas "por su simple condición de opositoras".
Sobre las acusaciones de injerencista que recibió de todo el chavismo, González es claro: "Tengo buena memoria, el presidente Maduro hizo, meses atrás, una crítica severa de la situación en España. Hasta habló de los desahucios, el paro juvenil e hizo una invitación a que comparen el sistema de España con el de Venezuela. Esa crítica daba lugar a que todos los demás opinaran... Esto está en el juego democrático".
El español explicó que no sólo le preocupan los presos, "
también la situación del dramático deterioro social y económico". "Pero,
como iberoamericanos, llevamos décadas luchando por el respeto de los derechos humanos y no quiero que haya una regresión", agregó.
González no se da por vencido desde el momento en que "sus esposas (por Lilian Tintori -
en la imagen- y Mitzy Capriles) fueron a pedirle ayuda". Para él, "estas personas deben quedar en libertad y competir en las elecciones y que se respete el juego democrático".
A todo esto, el también expresidente español
José María Aznar, del Partido Popular, mostró su apoyo a su antecesor en el cargo, el socialista Felipe González, recogió
El País. "Me solidarizo con las personas que lo están pasando mal en Venezuela y que están siendo atacados, incluyendo a mi predecesor", afirmó Aznar.
Por su parte, el ministro español de Asuntos Exteriores,
José Manuel García-Margallo, ha afirmado que el propósito de España
"no es en absoluto" romper relaciones diplomáticas con Venezuela y ha añadido que para el país hispanoamericano desea "estabilidad democrática, prosperidad económica y buenas relaciones".
Aseguró que el Gobierno ha manifestado "extrema prudencia" en este asunto "hasta que las aguas han llegado al límite en que hemos tenido que reaccionar" y ha añadido que adoptaron ayer la decisión de llamar a consultas al embajador español en Venezuela "por respeto a la dignidad nacional".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com