Dejando a un lado la velada posibilidad de que la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, se haga miembro de Femen, vamos con los hechos.
Activistas de Femen, es decir, señoras con la pechuga al aire, se encadenan en el altar mayor de la madrileña catedral de La Almudena exigiendo un aborto libre. No obstante, lo único que querían era blasfemar, profanar y molestar.
Al menos, la Audiencia Provincial de Madrid considera que estamos ante una ofensa a los católicos. Para el juez anterior fue libertad de expresión
Pues bien, un juez asegura que esta invasión de un templo es fruto de la libertad de expresión. ¿Por qué no hicieron esto mismo en la Gran Mezquita de Madrid? Quizás porque ahora las muy activas activistas no tendrían nada que enseñar. Y su Señoría absuelve a las señoras Femen.
Luego, el recurso de Abogados Cristianos llega a la Audiencia Provincial de Madrid, quien acaba de decidir que sí deben ser castigadas porque sí había ofensa a la religión, pero lo soluciona con una multa de 2.190 euros. Por ese coste, no lo duden: se multiplicarán las profanaciones de templos católicos en España: sale barato.