Ya hemos contado en numerosas ocasiones la reacción de Francisco González cuándo, recién aterrizado en México para poner en marcha Bancomer, vio los atentados del 11-S: “Este continente es una mierda”, exclamó, y cogió el primer vuelo de vuelta a su casa. Ahora, casi veinte años después, México es el principal mercado del BBVA: aporta el 27,5% de los ingresos y el 42% del beneficio del grupo.
Por eso, con las elecciones a la vuela de la esquina y con las encuestas volcadas ya en López Obrador, FG no dudó en alabar las medidas adoptadas por Enrique Peña Nieto. Por cierto, lo hizo durante la Reunión Nacional de Consejeros Regionales 2018 de BBVA Bancomer, a la que estaban invitados los distintos candidatos. Acudieron todos menos López Obrador.
No, a FG no le ha gustado el resultado porque, aunque el líder izquierdista ha ido moderando su discurso a medida que se acercaba la fecha electoral, las declaraciones y el propio programa de Juntos Haremos Historia dejaba más sombras que luces acerca del futuro del sector financiero, del que Bancomer controla aproximadamente el 30%, con 47.243 millones de euros en créditos, 47.522 millones en depósitos y unos 20.000 millones en recursos fuera de balance.
El discurso de López Obrador se ha ido moderando según se acercaba la cita con las urnas
“Los bancos y las instituciones financieras no son las víctimas, sino los principales responsables y beneficiarios del total descontrol en materia de lavado de dinero que existe en el país”, anunciaba el programa electoral de JHH. El mismo López Obrador acusó directamente a los bancos: “La impunidad privada es especialmente problemática debido a la recurrencia con las que corporaciones financieras, en colusión con las autoridades, delinquen en los mismo términos año tras año”. Se pueden imaginar la inquietud de FG de cara al resultado de este domingo.
Ahora bien, como hemos señalado más arriba, el discurso de López Obrador se ha ido moderando según se acercaba la cita con las urnas. De hecho, se ha moderado tanto que parecen dos líderes opuestos. Esto decía el rojo de JHH en marzo, con las encuestas de cara, a los principales banqueros mexicanos: “Yo lo que les diría es que no vamos a afectar a la banca en nada, que tengan confianza”. Y más todavía: “Se requiere de una banca fuerte en el país. Lo que les proponemos es que se amplíe el servicio bancario en el país. México tiene cerca de 2.500 municipios y hay alrededor de 1.000 municipios sin servicios bancario y se necesitan”, aseguró.
El giro de su discurso fue absoluto. “No se va a limitar a la banca. Se va a apoyar a la banca, ya lo dije”, insistió pccos días después.
El riesgo que corre Bancomer va más allá de posibles sanciones a la banca o de una vigilancia más severa del dinero negro
¿Puede estar tranquilo FG? No. La promesa inicial del López Obrador más rojo no ha desaparecido del todo, ni mucho menos. Ahora bien, el riesgo que corre Bancomer va más allá de posibles sanciones a la banca o de una vigilancia más severa del dinero negro. El riesgo es el conjunto de la economía mexicana. Si se resfría, el impacto en la entidad española puede ser incalculable. Y ojo, porque la situación también afecta de lleno al Santander, aunque el peso de su filial mexicana es menor.
De momento, el BBVA ya ha sufrido de lo lindo este lunes en la bolsa española: ha perdido el 2,1% frente al Ibex, que sólo ha retrocedido el 0,6%.
Tengan en cuenta, además, que en su día, el Santander se plegó a la petición del Gobierno mexicano de sacar a bolsa parte de su capital. El BBVA por el contrario, no cedió a las presiones y continúa sin cotizar en una bolsa de valores muy estrecha. En eso hay que reconocerle a FG su valentía e independencia.