• El problema de Mariano Rajoy es que pertenece a la generación de políticos a los que los españoles quieren jubilar.
  • Y ningún éxito económico puede compensar esa tendencia.
  • Rajoy vende empleo, crecimiento y confianza. Y si cuela, cuela.
  • Todo lo que cuenta Rajoy sobre su gestión económica es verdad, tan verdad como lo que oculta.
  • Lo mejor del Gobierno Rajoy en economía es la balanza de pagos. Eso sí, a costa de salarios bajos.
  • El problema de la Ley Wert es que es tecnócrata.
  • El PP no reformará la Constitución. Al menos, no irá en su programa.
El presidente del Gobierno hace balance de la legislatura. Le acompañan 11 ministros: los sorayos a su izquierda (la vicepresidenta, Fátima Báñez, Rafael Catalá, Cristóbal Montoro, García Tejerina) y los anti-sorayos a su derecha (García Margallo, Jorge Fernández, José Manuel Soria, Luis de Guindos). Sólo el titular de Sanidad, Alfonso Alonso, sorayo existencial, se sitúa al lado de Guindos. Y es natural, Alfonso Alonso es sorayo, y muy progresista, pero nunca ha renunciado a nada. Por ejemplo, a presidir el Gobierno de España y el Partido Popular. Y esa división, que hace al PP cada vez más similar a la UCD, tiene mucho que ver con la pregunta que le formuló Hispanidad.com: "si Ciudadanos pide su cabeza para que el PP pueda gobernar, ¿usted se sacrificaría?". La respuesta es que no, pero respondió con gracia: "quiero mi cabeza sobre los hombros". Algo es algo. El día es solemne, aunque no muy alegre. A primera hora, el presidente ha informado a SM el Rey Felipe VI y, a renglón seguido, el Consejo de Ministros ha convocado elecciones para el 20 de diciembre. Y claro, ha decidido aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para inaugurar la campaña electoral con un balance de la legislatura que, no se lo pueden imaginar, ha resultado un triunfalista balance económico. ¿Esto sí que no se lo esperaban, verdad? "Empleo, crecimiento y confianza". Esto es lo que vende Rajoy. Y no lo vende mal, porque todo lo que dice es verdad, como es verdad lo que oculta. Según el presidente "cambiamos el rumbo durante 2013, hacia el empleo, el crecimiento y la confianza". Los datos: 400.000 personas en paro menos que a comienzos de legislatura (pero con menos población activa) y ya sólo quedan 216.000 hogares con alguien trabajando. Rajoy se ha convertido en un especialista en masticar cifras para el profano: si sale del Gobierno debería acabar en el Instituto Nacional de Estadística: "de 1.430 empleos diarios perdidos en 2011 a 1.492 puestos de trabajo creados en 2015". ¿Dónde está el fallo? En dos cosas: en la diferencia de población activa a principio y final de legislatura y en que se están creando empleos muy mal pagados. Aunque con eso ya empezó Zapatero. Eso sí, España crece y con ZP estaba en caída libre. Además, y quizás sea este, en efecto, el mejor logro del PP, el más duradero y más forjado, la balanza de pagos ha mejorado ostensiblemente. Exportamos un tercio del PIB cuando con Zapatero exportábamos un cuarto. Ese es el camino, sin duda. ¿El reverso? Que la competitividad española ha mejorado con salarios bajos. Lo cual funciona a efectos de productividad pero resulta muy injusto. Más victorias. El déficit público se ha reducido del 8,9% al 4,2%. Contrapeso: todo han sido recortes y las ayudas a las familias y a la natalidad se han reducido casi a cero. Y el envejecimiento de la población no es un problema: es el mayor problema de España. Pero, sí, el PP ha demostrado que sabe ahorrar, frente a un PSOE de historia derrochadora. Continúa Rajoy. Lo dicho, un masticador de cifras: gracias a la bajada de la prima de riesgo, "el Estado ha ahorrado 20.000 millones de euros en servicio de la deuda, que es lo que nos vamos a gastar el año que viene en el seguro de desempleo o lo que ha aumentado el gasto en pensiones a lo largo de la legislatura". "Hemos reducido el impuesto de sociedades y el IPRF". Ejem, ejem. Mariano: has reducido el IRPF menos de lo que lo subiste el 1 de enero de 2012. Y en cuanto al impuesto de sociedades has hecho algo tan tonto como igualar a las pymes con las grandes. ¡Qué error, qué inmenso error! Lo dicho: la economía es un punto a favor del voto al PP según y cómo. Defiende la Ley Wert: "la tasa de abandono educativo temprano se ha reducido. El número de alumnos de FP se ha incrementado en 180.000, unos 20.000 en la nueva formación dual". Sí, presidente, pero la Ley Wert pretende aumentar la disciplina, lo cual está muy bien, pero centrándose en los saberes técnicos, que no humanísticos. Vamos, que concibe la educación como ese paso previo a la inserción en el mundo laboral. La formación del niño es poco menos que un capricho para padres humanistas y otra gente rara. Vamos, que la Ley Wert es tecnócrata. Desafío secesionista de la Generalitat de Cataluña. Un tema nuevo. Para Rajoy todo estriba en "la deslealtad del Gobierno de la Generalitat con la Constitución de 1978". Además, "nunca me he negado a dialogar ni a negociar con el señor Mas. Siempre que me ha llamado o ha querido verme he estado a su disposición". Hombre, un poco más sí que podías haber hecho, Marianillo, especialmente dos años atrás. Un acuerdo fiscal hubiese parado la marea. Por cierto, la reforma de la Constitución no irá en el programa del PP. La segunda parte me motiva más: "No puedo dialogar con lo que no me pertenece. Sólo el pueblo español en su conjunto, puede decidir sobre (la independencia de Cataluña)". La corrupción es otro de los baldones de la legislatura. Sí, Rajoy lo reconoce, peeeero…  "jamás se ha actuado con mayor energía y libertad por parte de la policía, la fiscalía y los tribunales". Mariano, tu problema no es la corrupción que, en efecto, se exagera mucho… en cabeza ajena. El problema es que los españoles quieren jubilar a una generación de políticos entre los que tú te encuentras. No entro en cuánto hay de justo o de injusto en ello… pero es lo que quieren. Que gobierne el más votado. Y es que Rajoy se la juega. Sabe que el resultado más probable es que el PP gane por la mínima, necesite de Ciudadanos para gobernar (o sea, se juntan el hambre con las ganas de comer). Pero Rivera (en la imagen junto a Rajoy) exige la cabeza de Rajoy y su sustitución, o bien por él mismo o por la de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Eulogio López eulogio@hispanidad.com