Los servicios de seguridad franceses tratan de descubrir posibles complicidades en el ataque perpetrado el pasado 3 de octubre en la Prefectura de Policía de París (PPP). El ataque lo realizó Mickaël Harpon, informático de la misma prefectura, francés originario de la isla de Martinica, en las Antillas, que se había convertido al islam, relata La Vanguardia.
La policía antiterrorista detuvo el lunes a un imán salafista y otros sospechosos de yihadismo subversivo, conocidos y posibles cómplices de Mickaël Harpon, informa ABC.
Funcionario responsable de algunos servicios informáticos de la PPP, Harpon se había convertido el islam hace una década, pasando «desapercibido» por sus colegas, entre los que se encontraban numerosos especialistas en la lucha contra el terrorismo islámico, añade este medio.
Las detenciones del lunes confirman las primeras sospechas. Harpon frecuentaba la mezquita de Gonesse, donde vivía, al este de París. El imán de esa mezquita estaba fichado por «predicador islamista, salafista», sospechoso de «tendencias subversivas». Es el más importante de los cuatro «personajes» sospechosos de colaborar de alguna manera en la matanza de la PPP, que responde al «modelo» tradicional «promocionado» por DAESH a través de sus herramientas de propaganda subversiva, difundidas por redes sociales e internet, afirma ABC.
Desde hace años, ese «modelo» invita a los musulmanes a matar, asesinar, incendiar, atentar contra personas o bienes «infieles» en cualquier lugar donde sea posible hacerlo. Esa «franquicia» es una invitación al crimen, que los salafistas «piadosos» pueden consumar en solitario o en grupo, sin necesidad forzosa de recibir órdenes, añade ABC.
Mickaël Harpon pasó parte de la noche anterior a sus crímenes gritando «¡Alá es Grande..!».
En el caso de la matanza de la PPP, caben pocas dudas del estado de locura criminal de Mickaël Harpon, que pasó parte de la noche anterior a sus crímenes gritando «¡Alá es Grande..!». Fue su esposa -sorda, como él- quien confirmó ese detalle a la policía que instruye el caso, apunta también ABC.
En cualquier caso, el terrorista islamista infiltrado Mickaël Harpon había tratado de degollar -mediante una herida en la garganta- ese día a varias personas, tal y como relata El Mundo, pues "degollar tiene una intención sacrificial en el mundo islámico", explica este medio.