La Autoridad de la Competencia de Francia ha impuesto una sanción de 220 millones de euros a Google, que ha sido aceptada por la multinacional -¿por qué será?-, por abusar de su posición dominante en el mercado de servidores publicitarios para editores de sitios web y aplicaciones móviles. La investigación de la Autoridad gala sobre las prácticas de Google se produjo después de las quejas planteadas en 2019 por el grupo News Corp, así como por el editor del periódico 'Le Figaro' y el grupo belga Rossel La Voix.
Según publica ABC, el popular buscador de Internet no ha cuestionado los hechos planteados y ha propuesto una serie de compromisos, aceptados por la autoridad antimonopolio francesa, que cambiarán la forma en que funcionan su servicio de publicidad DFP, que permite a los editores de sitios y aplicaciones vender sus espacios publicitarios, y su plataforma de ventas AdX, que organiza el proceso de subasta. «La decisión de sancionar a Google tiene un significado muy especial porque es la primera decisión del mundo que investiga procesos algorítmicos complejos», ha declarado Isabelle de Silva, presidenta de la Autoridad de Competencia de Francia.
En este sentido, De Silva ha destacado que la investigación reveló procesos mediante los cuales Google, aprovechando su considerable dominio en servidores de anuncios para sitios y aplicaciones, había llevado a cabo prácticas que penalizaron la competencia en el mercado emergente de la publicidad 'online' y permitieron a la multinacional no solo mantener sino también incrementar su posición dominante. Dicho de otra manera, esta es la parte que hace de Google un ladrón, al disparar sus ingresos publicitarios mientras los medios sufren una caída de la publicidad.
Sanciones como esta confirman el carácter ladrón, censor y parásito del gigante de Internet.