- Mientras, el Gobierno español mira para otro lado, a pesar de que se trata de la primera productora mundial de cava.
- Esto recuerda lo sucedido en Deoleo: dejó el aceite en manos del fondo CVC, que se lo entregó a los italianos.
- Y encima el comprador sería la alemana Henkell, propiedad del gigante alimentario Dr. Oetker.
- Es decir, el depredador de empresas agroalimentarias que compra barato y se queda con el negocio.
- Último cartucho para la paz familiar: nueva oferta de José Ferrer Sala, tras lograr financiación.
Dos semanas después del
estreno del famoso spot navideño, a
Freixenet sigue sin llegar la
paz familiar, algo que podría cambiar pronto. Pero por si fueran poco las disputas entre las tres ramas de la familia fundadora (los Hevia Ferrer, los Bonet Ferrer y los Ferrer Noguer) también sufre
presiones de la Generalitat para que siga siendo una empresa española y no caiga en manos alemanas.
Resulta curioso que la Generalitat -dirigida por los independentistas de Junts pel Sí y la CUP- defienda a Freixenet, grupo presidido por
José Luis Bonet (que también preside la Cámara de Comercio de España), un crítico con la independencia de Cataluña. Mientras, el Gobierno español pasa del asunto, a pesar de que es el
primer productor mundial de cava. Esto recuerda lo sucedido en
Deoleo, donde
ha dejado el aceite en manos del fondo de riesgo CVC, que no tuvo el más mínimo reparo en
entregárselo a los italianos (nuestros competidores).
En el caso de Freixenet, el comprador sería la alemana
Henkell, propiedad del gigante alimentario
Dr. Oetker, que es socio de
Demetrio Carceller en la cervecera catalana
Damm al poseer el 25%. Pero Dr. Oetker
no es más que un depredador de empresas agroalimentarias que compra barato y se queda con el negocio, eliminando a sus rivales: Freixenet es
una perita en dulce, pues es el líder vinícola en Alemania.
Henkell no llegó por iniciativa propia, sino de la mano de una de las ramas familiares, los
Hevia Ferrer, interesados en vender su 29%. A ellos se unieron dos de los cuatro hermanos
Bonet Ferrer (otro 29%), Pedro y Eudald. El motivo es económico, pues el
beneficio de Freixenet ya no es de 30 millones de euros como hace una década y además, el año pasado, los accionistas no cobraron
dividendo.
Claro que los
últimos resultados tampoco son halagüeños en este sentido.
Expansión informó que el beneficio de Freixenet en el ejercicio 2015-2016 fue de
2,35 millones, inferior a lo esperado (4 millones) y lejos de los 10 millones de 2012. Por tanto, tampoco habrá cobro de dividiendo, lo que ha tensado aún más la cuerda en
plena campaña de Navidad, el momento más álgido de ventas para el grupo de cava.
El último cartucho para la paz familiar es la
nueva oferta del presidente de honor de Freixenet, único miembro vivo de la segunda generación y patriarca de los
Ferrer Noguer (48%),
José Ferrer Sala, tras lograr financiación, según
Economía Digital. Así, cumple la promesa realizada en la reunión del
comité ejecutivo del pasado 30 de noviembre, y presenta formalmente la propuesta en la junta extraordinaria de accionistas de este lunes.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com