- El presidente de honor, José Ferrer Sala, retira su oferta para comprar el 51% al no lograr financiación.
- Era su estrategia para mantener el poder, aunque cediendo la gestión, y poner paz en las tres ramas familiares.
- Pero la banca cree que el préstamo solicitado (230 millones) sobrepasa su capacidad de pago y el grupo no podría soportar más deuda.
- Mientras, la oferta de la alemana Henkell, que ahora se conformaría con el 20%, sigue encima de la mesa.
Hace tres semanas, parecía que en
Freixenet las aguas iban a volver a su cauce, pero al final la realidad ha hecho trizas esta esperanza. Por tanto, se puede hablar del grupo de cava catalán como otra marca española que está en el aire por
disputas entre las tres ramas de la
familia fundadora: los
Hevia Ferrer (29%), los
Bonet Ferrer (29%) y los
Ferrer Noguer (42%).
Este lunes, cuatro días de la celebración de la Junta (que se aplazó, pues al principio iva a ser el 31 de octubre), el presidente de honor,
José Ferrer Sala (
en la imagen),
ha retirado su oferta para comprar el 51% de Freixenet al no lograr la financiación necesaria, según
La Vanguardia. Estrategia con la que a sus 91 años, el único miembro vivo de la segunda generación
quería mantener el poder, aunque cediendo la gestión, y también poner paz en la familia.
Recuerden que las tensiones entre las tres ramas familiares obedecen a cuestiones de tipo económico. El grupo ya no tiene un
beneficio de 30 millones de euros como hace una década, sino siete veces inferior: de poco más de 4 millones. Y encima, el año pasado, los accionistas no cobraron dividendo.
Por todo esto, los
Hevia Ferrer se plantearon vender su 29% a la alemana
Henkell, pero los Ferrer Noguer se opusieron en rotundo. Mientras, los Bonet Ferrer se dividieron:
José Luis, actual presidente del grupo, y
Pilar optaron por el 'no', Pedro y Eudald, por el 'sí'.
Pero la
banca ha dado al traste con los planes de José Ferrer Sala. Considera que el préstamo solicitado (230 millones) sobrepasa la capacidad de pago de la familia. Al mismo tiempo, cree que el grupo no podría soportar elevar más el
endeudamiento, que ya es de casi 500 millones: la
deuda bancaria supera los 300 millones y la de otros acreedores asciende a 167 millones.
Mientras, la oferta de Henkell sigue encima de la mesa,
supeditada a los resultados positivos de unas auditorías. Eso sí, hay que destacar que ahora los alemanes se conformarían con una participación minoritaria (en torno al 20%). Y todo esto sucede en vísperas de la
campaña de Navidad, con sus famosas 'burbujas': este año
reemitirá el anuncio de 2015, protagonizado por el equipo nacional de gimnasia rítmica, aunque lo completará con imágenes de las subcampeonas olímpicas y sus historias personales.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com