Problemas para el magnate ruso Mikhail Fridman, que ha sido imputado por forzar la quiebra de Zed WorldWide para después quedársela a bajo precio (en concreto, por 20 millones de euros). El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha hecho caso a la petición de la Fiscalía Anticorrupción que se conoció el pasado lunes: ha citado a Fridman a declarar como investigado en posibles delitos de corrupción en los negocios, insolvencia punible, administración fraudulenta y maquinación para alterar precios, según fuentes jurídicas han señalado a Europa Press y a EFE.
El magnate ruso entró en Zed en 2008 -a través de diversos accionistas- y provocó que creciera de manera espectacular, hasta el punto de llegar a cotizar en el Nasdaq norteamericano. La expansión, sin embargo, tenía truco: el 43% de los ingresos que la compañía registró entre 2009 y 2013 procedían del grupo controlado por Fridman. En este contexto, y justo antes de cotizar en el Nasdaq, Zed firmó un crédito de 140 millones de euros con un grupo de bancos entre los que estaba Alfa Bank, un banco holandés controlado por el ruso, que aportó 18,6 millones. La pinza ya estaba hecha: Fridman se convirtió en accionista y en acreedor al mismo tiempo, lo que le otorgó una “posición dominante” según el fiscal José Grinda.
El magnate ruso entró en Zed en 2008, que creció muchísimo y llegó a cotizar en el Nasdaq, pero con prácticas y movimientos que perjudicaron a la empresa pudo comprarla por 20 millones en 2016
A partir de ese momento, según Grinda, se produjeron prácticas y movimientos que perjudicaron a la empresa que dirigía Javier Pérez Dolset (que también ha sido citado a declarar por el juez, y que está investigado) y favorecían a Fridman. Así se llegó a octubre de 2016, cuando el ruso ofreció 20 millones de euros por la compañía, muy por debajo de su valor de mercado, cuando en su día llegó a valer hasta 1.500 millones. “Cualquier acusación que implique a Mikhail Fridman en cualquier tipo de actividad ilegal con respecto a las empresas del Grupo Zed es totalmente falsa y confiamos en que las autoridades españolas -una vez examinado el caso- estarán de acuerdo con nosotros”, ha manifestado este miércoles un portavoz del magnate ruso.
Esto no es baladí, porque podría suponer un precedente para DIA. Recuerden que Fridman llegó el 28 de julio de 2017, cuando anunció que había adquirido un 3% de la cadena de supermercados. Desde entonces, muchas cosas han pasado, pues el magnate ruso fue aumentando su participación, hasta llegar al 29% y después, el pasado febrero, lanzó una OPA con la que logró hacerse con el 70% del capital. Paralelamente, Fridman ha evitado in extremis la quiebra de DIA y ha presionado a la banca para refinanciar la deuda y obtener liquidez.
La acción de DIA valía 6 euros el 28 de julio de 2017, hoy está en 0,51 euros, incluso por debajo del precio que se planteó en la OPA (0,67)
Claro que el precio de la OPA fue 0,67 euros por acción, considerado muy bajo para algunos inversores, y ahora la cadena de supermercados cotiza incluso por debajo de esa cifra: está en los 0,51 euros. De hecho, desde que Fridman llegó a DIA (o sea, desde el 28 de julio de 2017), la acción ha pasado de 6 euros a 0,51 euros, lo que supone una depreciación del 91,5%. Además, está muy lejos de su máximo en los últimos cinco años: los 7,657 euros a los que la cadena cotizaba el 13 de abril de 2015.