Y ese ‘de momento’ se explica por lo que dijo en su evaluación, el pasado mes de mayo, la agencia DBRS, la menos optimista de las cuatro porque, a pesar de mantener su rating en ‘A’, rebajaba la perspectiva de la nota de España de ‘positiva’ a ‘estable’ al mismo tiempo que hacía una advertencia: se podría rebajar la nota en el caso de que la crisis por el nuevo coronavirus se extienda en el tiempo, se produzca una desviación de la política fiscal que afecte negativamente a las finanzas públicas, se incrementen los costes de financiación o rebrote la amenaza territorial por el desafío independentista catalán.
“Cualquier otro efecto en el medio plazo dependerá de la efectividad de la respuesta política para evitar que esta crisis temporal se alargue", señalaba la agencia.
Una observación que va en la misma línea de lo que no deja de repetir, por ejemplo, el Banco de España. Su gobernador, Pablo Hernández de Cos, ve "necesario" un programa de consolidación presupuestaria, una política fiscal contundente y un acuerdo duradero entre los partidos políticos en España.
"Dada la magnitud del reto al que nos enfrentamos, desarrollar plenamente esa estrategia de consolidación fiscal y de reformas estructurales, requerirá de un acuerdo político acorde que se mantenga durante varias legislaturas".
Moody´s advierte de que en el caso de que se produjera una reversión de las reformas estructurales acometidas en los últimos años, podría plantearse una rebaja del rating de España
Pero centrándonos en lo que dice Fitch, que confirma la nota de solvencia 'A-' con perspectiva estable para la deuda soberana a largo plazo de España, la agencia justifica su nota de solvencia en que se trata de una economía diversificada y de alto valor agregado, así como por la gobernanza, la facilidad para hacer negocios y los indicadores de desarrollo humano que se comparan favorablemente con la mediana 'A', mientras que los menores déficits públicos en los últimos años "dan cierta confianza en que el endeudamiento del gobierno reanudará un camino descendente en el mediano plazo, después de que el choque por coronavirus disminuya".
En el plano macroeconómico y para el conjunto de 2020 Fitch prevé una caída del PIB de España del 9,6%, seguido de un rebote del 4,4% en 2021, lo que supondrá que el PIB al final del próximo año será un 4,8% inferior al del cuarto trimestre de 2019, lo que elevará el desempleo a una media del 21,5% este año.
Asimismo, la agencia anticipa un fuerte aumento del déficit desde el 2,8% del PIB en 2019 hasta el 11,1% este año, cerca de los máximos registrados durante la crisis financiera, debido al profundo declive de la actividad económica y la actuación de los estabilizadores automáticos, así como por las medidas del Gobierno para abordar la emergencia sanitaria y respaldar a la economía.
En el plano macroeconómico, para el conjunto de 2020 Fitch prevé una caída del PIB de España del 9,6%, seguido de un rebote del 4,4% en 2021
En 2021, el déficit se podría reducir al 8,1% del PIB, aunque la agencia admite que existe un elevado grado de incertidumbre alrededor de las proyecciones sobre las finanzas públicas para este año y el siguiente en lo que respecta al ritmo de la recuperación económica, y el riesgo de que sean necesarias nuevas medidas de contención en caso de un rebrote de la Covid-19.
Menos recientes, del 20 de marzo, son las evaluaciones de S&P y Moody's que mantenían sin cambios la nota de la deuda del Tesoro español pese al impacto por la situación de alerta y la pandemia del coronavirus “que llevará a la economía a la recesión en 2020”.
En concreto, S&P explica que la cuarentena ha interrumpido la actividad económica normal, lo que lleva a revisar a la baja la proyección de crecimiento real del PIB en 2020 hasta el 1,8%, frente a la previsión anterior de un crecimiento positivo del 1,5% De este modo, el impacto sería del 3,3% del PIB este año, aunque la agencia estadounidense espera un fuerte crecimiento en 2021, con una recuperación del PIB del 3,1%.
DBRS podría rebajar la nota en el caso de que la crisis se extienda en el tiempo o se produzca una desviación de la política fiscal que afecte negativamente a las finanzas públicas
Moody's, por su parte, destaca que la economía española está "diversificada" con un perfil de crecimiento "ahora más equilibrado y una competividad mejorada", pero critica la desaceleración en las reformas estructurales durante los últimos años debido a la "compleja" situación política del país, que la mejora en el endeudamiento de la economía española ha sido "lento" y que hay riesgo bancario y político interno”.
Es más advierte de que en el caso de que se llevara a cabo en el país una reversión de las reformas estructurales acometidas en los últimos años, particularmente en el caso de la reforma del mercado laboral y del sistema de pensiones, podría plantearse una rebaja del rating de España