Gonzalo Gortázar, CEO de Caixabank, se enfrenta a los periodistas tras presentar los resultados de los primeros nueve meses del año. Que no son malos, con una morosidad del 3,5%, pero Gortázar avisa que vienen tiempos peores. Y tampoco son malos porque la reducción del margen de intereses se compensa con el mantenimiento de los ingresos por comisiones.
Recuerden que estamos haciendo una banca islámica, que ya no vive de los créditos sino de las comisiones. Precisamente, el modelo Caixabank, imitado por todas las entidades, consiste en no remunerar los depósitos y en invertir el dinero de los clientes en fondos, de los que se cobra una segura comisión, haya ganancias o pérdidas. Con estos tipos de interés bajo cero es la única manera de hacer negocio bancario.
Más: el negocio de seguros de vida y fondos de pensiones, vital para Caixabank. Ambos dañados por las nuevas medidas propuestas por el gobierno Sánchez y que se resumen en dos palabras: más impuestos.
En primer lugar, conste que Gortázar es uno de los defensores de las medidas de protección del Gobierno. Por ejemplo, de los créditos ICO y uno de los que aplauden las moratorias de pago. Ahora bien, asegura que vienen malos tiempos y que la morosidad se disparará en 2021. Es la misma idea de la economía anestesiada. Por ahora no duele pero algún día habrá que suprimir la anestesia y entonces… nadie sabe lo que puede ocurrir.
El Gobierno reduce las desgravaciones por fondo de pensiones individuales. Pero, al mismo tiempo, sin incentivo alguno pero con promesa de diálogo para poner en marcha los fondos de pensiones empresariales propios del mundo anglosajón. Eso está muy bien pero conviene recordar, y Gortázar lo sabe, que los fondos de pensiones asociados necesitan un cuarto de siglo, mínimo, para significar algo en la pensión y que, además, lo que al parecer se olvida, salen de la nómina. Y claro en un país de sueldos bajos como España… no apetece.
Otrosí, dividendo, Gortázar anuncia que el ‘pay-out’, que prevé será de un modesto 30%. Ahora bien, tendrá que aceptarlo el BCE. Quien, eso es cierto, en lugar de reducir dividendo podría aumentar el precio del dinero, que es el único problema del sector.
Y Gortázar advierte: 2021 va a ser un mal año. El Gobierno se carga los fondos de pensiones individuales y preconiza los empresariales. Vale, pero eso costará un cuarto de siglo y nos lo quitarán de la nómina
Y vamos a la fusión con Bankia que es lo que realmente mola. No es que las cosas vayan mal, De hecho, las relaciones entre el trío que decide, Isidro Fainé, José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar son muy buenas. El asunto se resume así: quien paga y quién manda.
Porque claro, resulta que Caixabank es 2,5 veces mayor que Bankia y que desde que se anunció la fusión, la cotización de Bankia ha crecido un 3% mientras la de Caixabank con mejores cocientes de rentabilidad, ha caído cerca del 20%. Y entonces es cuando Gortázar asegura que la cotización de Caixabank discurre alineada con el sector bancario europeo. Y este punto, quién paga quién manda, trufado, además, por sectores como solvencia -mayor en Bankia por su inyección pública- rentabilidad, mayor en Caixabank, líder en banca doméstica en España, o por el reparto de cargos -se está buscando una dirección financiera reforzada para el CEO de Bankia, Pepe Sevilla- o por a quién afectará más la reducción de oficinas y de plantilla… pues algo hay, oiga usted.
Hay que aguantar hasta las juntas, queda un mes, pero inmediatamente después deberían decidir los cargos, perdón quiero decir acelerar el proceso. Como regalo de Reyes.
Ya saben lo que pienso: no me gustan las fusiones, ninguna, pero al menos, si hay que fusionarse, cuanto más rápido mejor. No me extraña que Gortázar haya rechazado una tercero en la jungla. Ese tercero, era el Sabadell, que sólo se ha quedado con do opciones: o el BBVA o seguir en solitario: ¿puede seguir en solitario? Sí, porque las fusiones nada solucionan y todo lo enredan. Pero no es moda vigente. Lo políticamente correcto hoy es “el burro grande ande o no ande”.