Un alto ejecutivo del Santander, que no estuvo mucho tiempo en Boadilla del Monte, lo explicaba así “Están obsesionados con comerse al BBVA”.
Es más, ya el fallecido Emilio Botín quiso absorber al banco vasco.
Además, las diferencias entre Botín y el Gobierno Rajoy, por un lado, y el BBVA por otro, comienzan ya en vida del anterior presidente del Santander, cuando FG se despacha a gusto –en Londres, para ser exactos-, en presencia de Luis de Guindos, contra Emilio Botín.
Ahora, Ana Botín ha reverdecido, con Pedro Sánchez, las buenas relaciones, que su padre mantuvo con Zapatero y con Rajoy. El grupo PRISA tiene parte de culpa.
Frase favorita de Emilio Botín: "Lo que no son cuentas son cuentos”. Frase favorita de Ana Botín: “las operaciones se valoran ‘por el neto’”. Ahora el objetivo es BBVA
Al tiempo, en Francfort opera otro hombre no muy proclive al BBVA, Luis de Guindos, actual vicepresidente del BCE.
Por tanto, el atávico deseo, casi concupiscencia, del Santander por el BBVA debe ser ahora, antes de que Pedro Sánchez sea expulsado de Moncloa (podría ocurrir pasado mañana o dentro de muchos años) y mientras Luis de Guindos permanezca en Francfort.
Ahora bien, Ana Botín está preocupada: el BCE y el Gobierno no logran doblarle el pulso a Carlos Torres. Parecía que sí, incluso ya se hablaba de la compensación que recibiría don Carlos: un tiempo como copresidente o vicepresidente para tranquilizar al equipo directivo y a la plantilla del BBVA, una indemnización que le permita vivir sin trabajar el resto de su vida y toda la presión pública sobre el juez García-Castellón para que no le toque demasiado las naricillas en el caso Villarejo.
El problema es que, aunque Carlos Torres tiene un carácter pacífico, algunos lo llaman débil y ciclotímico, con periodos de euforia y de lucha empecinada por mantener la independencia que alternan con otros de depresión profunda.
Y por cierto, Torres tiene otro problema. Un consejo de administración débil, muy débil, que cumple con su función pero no apoya a su presidente… ante el enemigo exterior.
Pero insisto, lo más importante para llevar a cabo la integración BBVA-Santander es que Ana Botín no puede perder la oportunidad de que Sánchez deje de ser presidente del Gobierno y Luis de Guindos vicepresidente del BCE.
El Santander no puede perder la oportunidad de que Sánchez sea presidente del Gobierno y Luis de Guindos vicepresidente del BCE
Y luego está la nueva táctica de dispersión del banco cántabro: Santander no podría afrontar la necesaria ampliación de capital para absorber BBVA. ¡Pero, hombre, si no es necesaria! Para el Santander, absorber al BBVA es un chollo, tanto para su base de capital como para su rentabilidad. Sólo la venta de activos sobrantes o redundantes, las luces verdes que se encienden a la hora de cumplir los coeficientes de capital y la utilización del fondo de comercio -sobre todo este último- colocarían al Santander en una posición de lo más cómoda sin necesidad de hacer una ampliación de capital.
No olvidemos que los Botín son banqueros a los que les gusta vivir peligrosamente. La frase favorita de Emilio Botín era “lo que no son cuentas son cuentos”, la de Ana Botín va más allá: “las operaciones se valoran ‘por el neto’”. Es decir, las operaciones no hay que verlas por su precio, sino por su resultado final.
Para Emilio Botín las cuentas y los cuentos se concretaban en lo que ha dado en llamarse la gestión de la bicicleta: Botín reinventaba el banco cada cinco años, cuando se terminaba el viento de fronda, el impacto del último salto. Por eso necesitaba siempre de operaciones sistémicas, una por lustro, aproximadamente.
Ana Botín aplica el mismo modelo de su padre y lo lleva más allá: lo que importa de una operación es el neto, el resultado último. Traducido: comerse al BBVA sería un chollo para el Santander. El BBVA tiene más rentabilidad de que el Santander, tamaño crítico suficiente y una red, al menos en España, mejor situada para competir.
La nueva táctica de dispersión: Santander no podría afrontar la necesaria ampliación especial, ¡pero si no es necesaria!
Pero, sobre todo, la suma de ambas entidades dan un grupo nuevo, diversificado… y que darán respuesta a lo que supone el gran quebradero de cabeza de Ana Botín: Santander España. Y por muy internacional que sea el Santander, resulta vital que funcione el modelo que el banco española ha exportado: el de España. Santander no puede ser líder mundial con su base, España a la cabeza en morosidad.
En cualquier caso, lo que ahora preocupa a Ana Botín es la tardanza: ni Pedro Sánchez ni Luis de Guindos consiguen doblarle el pulso a Carlos Torres. Y eso es preocupante. Por el momento, no obstante, Ana Botín insiste a los suyos en que no le interesa España. Por supuesto, España es lo último que le interesa en una fusión entre la segunda y la tercera red de España. Ahora bien, BBVA no sólo es España.