• Es la primera vez que un alto cargo del Gobierno, la secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido, lo pide de una manera tan clara.
  • Eso sí, los tres consejos de la señora Garrido para el negocio bancario tienen un sólo nexo en común: reducir plantilla.
  • ¡Ah! y entre Ana Botín y Goirigolzarri, el Gobierno opta por Goiri.
  • Prefiere que los bancos no suban las comisiones sino el interés de los créditos.
  • Pero, ¿cómo se hace eso sin que Competencia levante la voz?
Alcanzar la rentabilidad perdida. Ese es el objetivo que persiguen actualmente los bancos españoles. Sin rentabilidad no hay futuro para uno de los sectores que más se ha reestructurado durante la crisis. En algunos casos, ciertamente, con ayudas públicas. Sea como fuere, lo realizado hasta ahora ha sido mucho, pero no suficiente. Y la nueva secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido, se lo ha recordado. Es más, les ha animado para que se fusionen. Y eso es novedad: por primera vez, un alto cargo del Gobierno anima a las entidades al matrimonio. Lo hizo este lunes, tras un acto en Axis, consultora del ICO. Tres son los consejos que propone la señora Garrido para que la banca alcance esa rentabilidad perdida: crear nuevos productos y servicios, continuar con la reestructuración y, por último, que el sector emprenda otra oleada de fusiones. "Hay margen para nuevas integraciones", aseguró. Los tres consejos tienen un nexo en común: más reducción de plantilla y de oficinas. Es algo ya sabido en el sector, pero que el Gobierno, hasta ahora, no había manifestado de una manera tan clara. Eso sí, una vez lanzada la piedra, Garrido matizó que es el Banco de España el que tiene las competencias en esta materia. Por cierto, entre el modelo que propone Ana Botín y el que defiende José Ignacio Goirigolzarri, el Ejecutivo se declina por este último. En otras palabras, el Gobierno prefiere que los bancos no suban las comisiones -lo ha hecho el Santander- sino el interés de los créditos, precisamente, lo que propone el presidente de Bankia. Pero en este punto se plantea un problema. Para que la medida tuviera efecto y continuidad, la deberían tomar todos los bancos al mismo tiempo. ¿Y cómo se hace eso sin que Competencia levante la voz? En cualquier caso, Garrido está dando por descontado que los tipos no van a subir, al menos en un porcentaje suficiente como para cambiar las perspectivas de la banca. En resumen: todos a fusionarse, no por nada, sino para seguir reduciendo el número de empleados y de oficinas. Es lo que le espera al sector financiero en 2017. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com