• Aunque Ana Botín sigue diciendo que las uvas están verdes.
  • En todo caso, con BMN cubriría Levante y no Cataluña.
  • Eso sí, hasta después de las elecciones, nada.
  • La opción del Popular es otra: no quiere comprar bancos sino activos bancarios.
  • Pero eso no le interesa al Gobierno.
El Banco Santander está entre los quince más grandes del mundo por capitalización bursátil. Es la mayor entidad financiera de España, pero aun así tiene zonas de sombra en nuestro país, concretamente, en Cataluña y en Levante. Es la asignatura pendiente de Ana Botín (en la imagen). De hecho, tuvo la oportunidad de aumentar su presencia en Cataluña con la subasta de Catalunya Banc, pero al final fue el BBVA el que se llevó el gato al agua y el que aprovechó la oportunidad para afianzar su presencia y su negocio en esa comunidad autónoma. Pero las opciones del Santander para crecer de manera inorgánica están intactas en el Levante, la otra zona 'oscura'. Y Botín no quiere dejar pasar esta oportunidad tan fácilmente. Sabe que debe potenciar la presencia del banco en nuestro país que, al cierre de septiembre, aportaba el 13% del beneficio total del grupo, por detrás del Reino Unido (22%) y Brasil (19%). Precisamente en el Levante es donde está BMN (Caja Granada, Caja Murcia y Sa Nostra). La entidad que preside Carlos Egea es fuerte, sobre todo, en Murcia (244 oficinas) y en Alicante (65), además de en Granada (238 sucursales) y en Jaén (65). Sin duda, con la adquisición de BMN, el Santander se convertiría en un actor destacado del Levante español. Ahora bien, su presidenta Botín sigue diciendo que las uvas están verdes y que la estrategia del banco -el único que no ha participado hasta ahora en la consolidación del sector- es crecer de manera orgánica. En cualquier caso, no esperen ninguna fusión -tampoco esta- antes del 20 de diciembre, si bien es cierto que ya sólo faltan veinte días para la cita electora. Y es que todo el sector está pendiente de lo que salga de las urnas y la capacidad del Gobierno para presionar de cara a una nueva ronda de fusiones es muy reducida, por no decir nula. Pero es que, además, existe otra opción: no comprar bancos sino activos bancarios. Es la opción, por ejemplo, del Popular. A Ángel Ron no le interesa adquirir otra entidad, con todo lo que ello supone -recolocar o echar al consejo de administración y al equipo directivo, cerrar oficinas, etc.-, pero sí le interesa crecer con la compra del negocio bancario. El problema es que esta opción no le gusta al Gobierno, empeñado en fusiones que continúen el ajuste de la capacidad instalada del sector. En este contexto, las dos entidades más vendibles son la citada BMN y Abanca, del venezolano Juan Carlos Escotet. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com