- El protagonismo del Popular no aconseja tomar decisiones pero tampoco se puede esperar mucho más.
- En concreto, la conclusión del regulador (BCE-BdE) es -casualidad- que lo considera a Liberbank listo para la venta.
- Pero Menéndez insiste en que puede continuar en solitario.
- Con Liberbank se descubre que el mercado bursátil no es un salvavidas.
- Y también, que si los bancos españoles no son rentables es porque no les dejan serlo.
Los criterios, un pelín necios, con que se mueven los reguladores bancarios (en España BCE-BdE), nos aseguran, contra el más elemental sentido común, que un buen banco es aquel que tiene mucho capital, no aquel que tiene poca morosidad. Dicho de otra forma, que un buen banco es un banco grande mientras el pequeño no puede subsistir. O sea, aquello de "burro grande, ande o no ande". Por eso, el Banco Central Europeo (BCE) y su monaguillo, el Banco de España (BdE) se han empeñado en acabar con la banca mediana. Primero dijeron que las cajas de ahorros eran malas y tenían que convertirse en bancos. Ahora no quieren bancos pequeños y exigen que sean absorbidos. Naturalmente, no es que el banco pequeño no pueda subsistir. Precisamente, suele resultar más rentable que el grande. Ahora bien, lo que ocurre es que es la propia autoridad monetaria, quien, con unos tipos de interés negativos, sólo permite la subsistencia, no mucho más, de la banca especulativa o que trabaja fuera de balance y es, sobre todo, de la banca espantosamente grande, que se mueve con márgenes del 0,1%. Pero en condiciones lógicas, el pequeño es más rentable que el grande. Y entonces, al Banco de España se le ocurre que, una solución (¿solucionado?) lo del Popular hay que apretar el acelerador con los medianos: Ibercaja, Kutxabank, Unicaja, Liberbank. ¿Por qué? Porque sí. Y cualquier excusa sobra. Por ejemplo, las nuevas acciones de Liberbank no se han estrenado con éxito. Y la verdad es que el banco que preside Manuel Menéndez, fruto de la fusión de una caja extremeña, otra asturiana, otra cántabra y la famosa CCM, se ha alejado de lo que hubiera podido resultar su salvación, Por ejemplo, del grupo industrial. Trasladar la sede de Oviedo a Madrid no fue una buena idea y jugar a banco global, tampoco. En cualquier caso, sí es cierto que el negocio típico está en caída libre y si es cierto pro el problema es que el culpable no es la banca sino el regulador que exige sorbe todos los tipos de interés actuales: una excepción convertida en norma. Lo de menos es lo que ocurra con Liberbank. Lo de más es toda la tontuna creada alrededor de este asunto. Pero Manuel Menéndez, presidente de Liberbank (en la imagen), insiste en que puede continuar en solitario. No sería malo que se saliera con la suya porque con Liberbank se descubre que el mercado bursátil no es un salvavidas. Y también, que si los bancos españoles no son rentables es porque no les dejan serlo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com