- Quiere preservar la independencia de la entidad a toda costa y tiene todo el apoyo para lograrlo.
- A BBVA le interesa porque necesita crecer en banca doméstica y a través de un banco sin problemas.
- La resistencia en Aragón es numantina tras la y transición orquestada por Amado Franco.
- Pero Guindos, que no tiene entre sus amigos a Franco, ha abierto la veda poniendo a todos a bailar.
El interés de BBVA por Ibercaja es proporcional a la resistencia que provoca en la antigua caja de ahorros aragonesa cualquier posibilidad de fusión o absorción. Y a ese plante se unen todos los estamentos del banco, dispuestos a hacer todo lo posible para preservar la independencia de la entidad. Pero Ibercaja está en el mapa de las posibles fusiones, del mismo modo que Unicaja o Liberbank, aunque no están en las mismas condiciones. Es el motivo por el que Guindos propuso al sector una fusión de las tres cajas -para consolidar el sistema financiero- y la banca le contestó que no. En paralelo, otra cosa está clara también: de las tres cajas, la que mejor pinta tiene es la aragonesa, lo que despierta el apetito de BBVA, que necesita crecer en banca doméstica y no a cualquier precio. También estuvo interesado en el Popular, opción que se desvaneció definitivamente con la entrega por un euro al Santander. Ibercaja está saneada, además, a pesar de que lo que le costó la absorción de Caja 3, y no cotiza todavía en bolsa, aunque el fracaso la operación Pilar -entrada de inversores privados en el capital-, adelantada por Hispanidad, no le deja muchas opciones. Y es el referente financiero en la región, a la espera, como el resto de bancos, a una subida de tipos de interés que lidia con la captación de dinero para los fondos de inversión: el patrimonio gestionado suma 11.700 millones (hasta junio), con una cuota de mercado del 4,64%. En Ibercaja conocen el interés de BBVA. Por eso se han conjurado para alejar a FG de cualquier tentación, sabiendo además los planes del Gobierno, que ha puesto a bailar a todos abriendo la veda, y la enemistad de Guindos hacía el hombre fuerte de Ibercaja, Amado Franco. Porque Franco sigue mandando en la entidad, aunque haya dejado todos sus cargos. Digamos que fue una transición ordenada en la que colocó a personas de su confianza tanto en Ibercaja Banco, con Víctor Iglesias como consejero delegado y José Luis Aguirre como presidente (en la imagen, con Amado Franco en el centro), y a Honorio Romero como presidente de la Fundación Bancaria. Y los tres, como tantos, se niegan a cualquier tipo de colonización bancaria. No es casual que Romero, un reputado notario aragonés, sea también el director de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País -La Económica, para entendernos-, fundadora de Ibercaja. El no pasarán al BBVA y a Guindos parte también de La Económica, una institución tricentenaria -además de un tarro de las esencias aragonesas-, a la que Honorio Romero llegó de la mano de la mano de Amado Franco y Manuel Pizarro, y que es clave en el accionariado del banco La Económica "no es una sociedad secreta", como ha dicho en ocasiones Honorio Romero, pero sí una institución clave en la vida aragonesa y desde ella es muy firme la voluntad para preservar la independencia del banco, muy atento a la realidad de la economía de la región. Rafael Esparza