La última de la ministra talibana de Energía, Teresa Ribera, es su admiración por el tirano, Xi Jinping. El presidente chino es el mayor déspota del planeta pero su adhesión inquebrantable a la transición ecológica y a la telúrica y cosmovisional lucha contra el cambio climático. Quien asume que el credo verde es así y no hay nada más que hablar.
Quizá por ello, el Gobierno español –en funciones– ha cogido fama en Bruselas de tibio a la hora de defenderse del principal peligro en Europa: la china Tres Gargantas, que se ha colado en el continente porque los portugueses le han abierto las puertas de EDP. Y porque, no nos engañemos, Lisboa le ha abierto las puertas a Europa y en la administración española, aún como Gobierno en funciones obnubilado por el cambio climático, saben que el siguiente objetivo de Tres Garganta, si consigue hacer con la portuguesa EDP, es la española Iberdrola, ahora mismo la eléctrica europea más potente.
El presidente de Iberdrola está sometido a un fuego cruzado: el de los fondos y el de los reguladores europeos
En el entretanto, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, sigue a lo suyo. Este año cumplirá 69 años y cuando le preguntan si está analizando su sucesión, siempre responde lo mismo: “El futuro presidente de Iberdrola se llamará Smith”.
En plata: Galán sufre dos tipos de presiones. La más importante, la de los fondos accionistas de Iberdrola, quienes quieren que nombre un CEO, a lo que él siempre se ha negado, y las cifras le respaldan. A fin de cuentas, Iberdrola capitaliza ya más que el BBVA.
Los fondos le exigen un CEO. En Bruselas, más que en Madrid, están preocupados por la invasión china
La segunda presión viene de la Administración española, no del Gobierno que anda en elecciones. Es la precitada amenaza de Tres Gargantas y las grandes multinacionales chinas, que no se conformarán con que EDP vaya a por Iberdrola.
Sí, en el Gobierno todos saben que Tres Gargantas, si logra hacerse con EDP, apuntará contra Iberdrola
Mientras, Galán prepara su sucesión, de cara al señor Smith. Tiene oteadores buscando, sobre todo en Estados Unidos porque Galán confía poco en las empresas europeas. Lo malo es que las norteamericanas son demasiado grandes.
En cualquier caso, hay que adelantar a los chinos. No vaya ser que el próximo presidente de Iberdrola en lugar de Smith se llame Li Ping.