- El consejo de GNF ratifica al consejero delegado, Rafael Villaseca.
- Rajoy no ha hecho nada a favor de Gas Natural en Colombia.
- Ha faltado diplomacia económica y también política, a pesar de los favores al presidente Santos.
- El Gobierno colombiano espera en clave electoral: las presidenciales de 2018.
La decisión del Gobierno colombiano sobre la
liquidación de Electricaribe, filial de
Gas Natural Fenosa, está tomada, con los perjuicios que implica para
GNF (no hay más que leer el
duro comunicado de ayer). Ahora bien, el futuro del grupo en ese país no está cerrado.
De hecho, el presidente colombiano,
José Antonio Santos, ha tranquilizado a
Isidro Fainé, presidente de GNF, asegurándole que habrá compensaciones, aunque no ha llegado el momento propicio para plantearlas.
En paralelo, ha quedado ha quedado clara otra la realidad: que
Mariano Rajoy no ha hecho nada a favor de la Gas Natural Fenosa. La única reacción, un
escueto comunicado de Exteriores lamentando la decisión. Nada que ver la diplomacia del nuevo titular de esa cartera,
Datis, con la de su predecesor,
García Margallo, no sólo política sino también económica. Margallo se mojaba, Datis no, y Rajoy, nada de nada.
No ha habido
ninguna implicación personal de Rajoy y eso a pesar del apoyo prestado a Colombia con su mediación para que la UE permita a sus ciudadanos entrar sin visado -algo que le agradeció Santos- o su colaboración a favor del proceso de paz con la guerrilla de la FARC.
El tercer punto a destacar, antes de entrar en algo más, es la ratificación por parte del Consejo de Administración de GNF de
Rafael Villaseca como consejero delegado. Lo ocurrido en Colombia no afecta a su continuidad.
Escenario preelectoral
La explicación de la actitud del Gobierno colombiano con la liquidación de Electricaribe es doble. Tiene que ver tanto con las
inversiones que espera el país tras el arreglo con las
FARC, como con el momento preelectoral del país: las
presidenciales de 2018, en la que Santos se juega la reelección.
En otras palabras, Santos no quiere asumir riesgos en estos momentos ni en la misma zona en la que
Electricaribe distribuye gas y electricidad. Se juega muchos votos en la región del
Caribe, más pobre que la del
Pacífico y también más poblada.
Encaja así el mensaje de Santos en
Twitter -"La prioridad es que ni usuarios ni empresas sufran por suministro de energía"- como el mensaje a
Fainé, más tranquilizador: las
oportunidades siguen en el mismo escenario (o en otro, el Pacífico).
La solución pasa por resolver, también, el problema de fondo, que no es otro que combatir mediante legislación tanto el robo de energía como
la mora en los pagos, y eso sólo puede llegar después de unas elecciones, no antes.
¿Detiene ese
consuelo a
Gas Natural? Lógicamente, no. De hecho, GNF seguirá adelante con su recurso ante la
Corte de Arbitraje Internacional (Ciadi) para reclamar lo justo,
el tercero de este tipo al que se enfrenta Colombia. Hasta noviembre, cuando el Gobierno intervino
Electricaribe, la deuda por impagos (en buena parte públicos) era de 1.259 millones.
El propio Santos entiende la reclamación, aunque sí ha trasladado a GNF que no se dé prisa. En suma, que no le ha quedado otra que cumplir con la decisión de la
Superintendencia de Servicios Públicos (la CNMC colombiana) por aquello del momento, y que la liquidación de Electricaribe no resuelve nada porque no interesará a ningún comprador en la
subasta pública.
Eso sí, para
Gas Natural, se trata de "una auténtica ocurrencia decir que la gestión del riesgo de fraude o impago está en manos de Electricaribe", a la que le robaban el 30% de la energía que distribuía y no le pagaban otro tanto.
Rafael Esparza